¿Cómo lo hago Santiago? porque …. vaya tela es ir a Compostela !!!!

ESTA CRÓNICA RELATA LOS HECHOS ACAESCIDOS A DOS PEREGRINOS QUE TUVIERON LA PEREGRINA IDEA DE PEREGRINAR JUNTO CON OTROS MILES DE PEREGRINOS MÁS LO IMPEREGRINABLE: EL CAMINO DE PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE COMPOSTELA.
Relato de Néstor Pavón Cercas. Año 2010.

 

 
Día: 19 de agosto del 2010. Campo (Huesca) – Ponferrada (León). Tiempo: 10 horas. Link complementario.
Salimos de Campo y fuimos en la furgo hasta Ponferrada. De Ponferrada a Santiago de Compostela andamos unos 220 kilómetros aproximadamente. Después de estar todo el día en el coche llegamos a una gasolinera y compramos algo de comida. Paramos en un pueblo de la carretera y buscamos un sitio para sentarnos y cenar lo comprado. Después mi padre montó la cama y me puse a dormir. Él mientras conducía yo dormia :). Llegamos ya muy tarde a Ponferrada y durmimos en la furgo en el aparcamiento de un hotel que hay en la misma entrada de la población.

 

Día: 20 de agosto de 2010.  Ponferrada – Villafranca del Bierzo. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
Hoy mientras yo dormía mi padre condujo hasta la estación de autobuses. Preparamos las mochilas, pero estuvimos un rato discutiendo sobre los objetos que había que llevar en ellas. Era porque pesaban mucho y había que reducir el peso ….
Buscamos un bar para desayunar. Pedimos unos bocadillos de tortilla y que nos hicieran el pan con tomate (porque fuera de Cataluña no saben hacerlo). Nos dijeron que no tenían tomate. Van y nos traen los bocadillos de tortilla con mantequilla y queso del caserío. Muy amables nos pusieron el sello de su bar en mi libreta del viaje y nos desearon una buena peregrinación. Al salir y nos preguntamos …. ¿Y ahora pa dónde? Buscamos a un poli. Nos encontramos una poli que nos indicó un camino. Luego, al poco rato, nos encontramos otro que nos dijo algo completamente distinto. Este último, eso sí, nos indicó el camino entero. Fuaaaa, nos oxidamos allí escuchándolo. Al cabo de un buen rato de andar vimos una indicación y ya nos incorporamos al camino de verdad.
Pronto, en un parque, vimos a un chico de unos 20 años y en la mochila llevaba una guitarra. vaya ganas de llevar peso. También vimos una familia con un cochecito y todo. Incluso un perro perdido nos siguió hasta el albergue. Como mi padre iba lento me adelanté un poco pero me salté un desvío. Resulta que el camino normal pasaba por arriba de una montaña y nosotros le dimos la vuelta sin tener que subirla.
En el albergue conocimos gente que llevaban ya unos 2500 y 3000 km en bici desde su casa de Italia. Nos preguntaron cuántos kilómetros habíamos hecho y les dijimos: «hoy es el primer día», y el italiano con cara de asombro dice …. «¿hoy primer día? FIESTAAAA !!!» fue muy bueno y nos reímos toda la mesa.
A la hora de dormir tuvimos a un tío que se puso a chillar como si se fuera a morir. Entonces, aparece el de la guitarra y se puso a tocar. Los del albergue les dijeron que se callasen todos que había gente que mañana había que madrugar …..
Día: 21 de agosto de 2010. Villafranca del Bierzo – Vega de Valcarce. Tiempo: 6 horas. Link complementario.



Me despertó mi amigo el chillón a las 6. Empezamos a andar a las 7:30. Con la calorada que nos dimos ayer por empezar a andar muy tarde aprendimos que teníamos que madrugar si no queremos quedar asados en el camino. Nos adelantaron dos chicos y uno de ellos llevaba una guitarra. Madre mía !!!!! con las guitarras …. Mientras andaba los coches me pitaban y no era para reñirme sino para animarme. También nos dicen todos …. «Buen camino peregrino» y mola mogollón porque te sube el ánimo al infinito.
Al pasar por el pueblo de Pereje en la ermita había un abuelo que iba chillando a los peregrinos para que la vieran y ponerles el sello.
Cómo estábamos hambrientos entramos en un bar y pedimos unos bocadillos de tortilla española (o sea sé …. de patatas). Allí te hacen unos bocadillos que hacen 8 centímetros de alto x 10 de ancho. Eso no hay quien sea capaz de abrir la boca para pegarle un buen bocado y se lo termine.
Llegamos al albergue y ZZZZZ … durante 3 horas. En el albergue había un peregrino coreano de 22 años que iba solo. Como él sólo sabía inglés tuvimos que repasar nuestros conocimientos de dicha lengua. Como vio que dominábamos bastante nos pidió si le queríamos hacerle de traductor. Fuimos al bar y nos dijeron que teníamos que esperar para cenar el menú del peregrino y tuvimos que esperar a que fuera la hora. Mientras estuvimos hablando para hacer tiempo y hambre sobre el fútbol, las comidas, el Zara, … Entramos a cenar y seguimos hablando. Nos contó que en Korea no hacen siesta y que es: VERY INTERESTING LA SIESTA !!!!! Iba haciendo fotos a los platos que se iba comiendo. Fue muy divertido. Al pagar mi padre pagó la comida de los tres. El chico, que se llama Hun, se sorprendió mucho. Nos hicimos una foto los tres y nos intercambiamos los msn.
Día: 22 de agosto de 2010. Vega de Valcarce – Cebreiro. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
Hun se fue muy tempreno. Mi padre y yo no porque nos fuimos a desayunar. El alberguista nos recomendó algunos albergues donde podíamos dormir bien sin mucha gente. Empezamos a andar con la salida del Sol. Subimos a Cebreiro que está en la frontera de Galícia. Es, quizás, la etapa más dura de todas porque hay que de subir una montaña muy muy alta. Lo hicimos con un cacho pan y un poco de jamón. Un señor se paró ha hablar con nosotros. Dijo que era la tercera vez que hacía el camino y que después de El Poio era todo bajada. Suerte que no me lo encontré porque lo mataría. Todo bajada ….. ¡Estuvimos todo un día subiendo! También nos dijo que a partir de Arzúa todo era muy feo. Al contrario …. fue de lo más bonito. Ese tío no había hecho nunca el camino …. fijo. Había uno que llevaba un piano colgado de la mochila. XD ¿Cómo pensáis que se puede llevar un piano colgado? ….. Era una tienda de aquellas que se montan solas.
Tuvimos que hacer cola para el albergue. Bueno ….. más que un albergue eso se parece más a un gallinero porque hay un mucho jaleo por las noches y muchos ronquidos. Vamos que se duerme poco. Conté las literas que había en la habitación ….. 26 literas de 2 personas ….. 26×2= 52 personas durmiendo en la misma habitación. Allí conocimos a un chico profesor de instituto de Barcelona que había hecho de Roncesvalles a Santiago y una vez en Santiago volver a Roncesvalles para luego ir otra vez de Roncesvalles a Santiago. De Roncesvalles a Santiago hay 737 kilómetros. 737×3 = 2211 kilómetros  ¡andando! Vaya colgado del camino. Y para acabar los cálculos éste era el noveno año que lo hacía !!!
Después de comer estuve ZZZZZ ….. la siesta (recordad es very interesting) 2 horas. En las duchas no había, ni habrá, puerta para la intimidad. Al terminar de cenar nos metimos en la cama y había un francés abriendo todas las ventanas ….. no os ni podeis imaginar a la temperatura a la que te sometes con 52 personas. Allí dentro seguro que alcanzamos los 40º y va muy en serio fue brutal. Claro por eso estaba abriendo las ventanas XD. Entonces el francés empieza a gritar: «Sacad los sacos del Himalaya que esta noche vamos a pasar mucho frío». Después continuó a grito pelado: «ESTA NOCHE VOY A DORMIR EN PELOTAS» con su típico acento de extranjero. Fue la monda. Con una sonrisa sarcástica, luego nos dijo: «Ya verás como está esto a las 4 de la mañana …..».


Día: 23 de agosto de 2010. Cebreiro – Tricastela. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
A las 4 de la madrugada empieza el folklore. Unos ya estaban recogiendo para empezar a andar. Pero claro, a las 4 no hay luz y no se puede hacer la mochila a oscuras. La gente enciende una linterna que parece un faro de la playa. Ya ves ….. éstos dando linternazos a la peña y uno les grita: …. «prefiero que enciendas la luz antes de que me deis más linternazos» ….. Al final encendieron la luz. Terminaron las mochilas se fueron y cerraron la luz. A las 5 de nuevo más personas haciendo mochilas. Otra vez más de lo mismo. A las 6 se levanta un español, del final de la sala, la cruza entera abre las luces todo cabreado y dice gritando: «ARRIBA TODO EL MUNDO !!!!! ESTOY HASTA LOS COJONES DE LAS BOLSAS DE PLÁSTICO, DE LOS PALOS QUE SE CAEN, DE LOS LINTERNAZOS Y DE LAS MOCHILAS QUE NUNCA TERMINAIS DE HACER !!!!!». Toda la sala partiéndose el culo. Fue lo mejor del viaje.
Hoy toca subir dos puertos de montaña con un viento y un frío que te llevaban a Santiago en un flay. Encontramos una señora alemana que tres ciclistas le habían golpeado la pierna. Cada vez que pasaba uno le empezaba a reñir en alemán XD. Los ciclistas se regalaban de ella pero tal cual. Muy mal educados.
Llegamos a Tricastela y todos los albergues estaban llenos menos uno. Eso sí te cobraban el doble pero tenías dónde dormir. Luego fuimos a un bar y pedimos bocadillos de tortilla (que raro XD) le dijimos a la camarera que los queríamos el pan con tomate. Nos trajo los bocadillos con las tortillas y por encima de la tortilla un tomate a rodajas. Mi padre y yo regalándonos.
Día: 24 de agosto de 2010. Tricastela – Samos – Sarria. Tiempo: 9 horas y media. Link complementario.

Para desayunar teníamos unas galletas pero las tuvimos que tirar porque estaban incomibles. Ya nos ves sin comer, diluviando, … de Tricastela a Samos 11 kilómetros y los hicimos sin comer porque no encontramos nada abierto. Pero eso sí en Samos estaban todos los peregrinos desayunando.
Visitamos el monasterio, pero había una parte de él que costaba 3 euros visitarlo. Llega un extranjero y saca para pagar un billete de 50 euros. Y va el cura y le dice: «Los ricos no pueden entrar a la casa de Dios». Pero la verdad es que no tenía cambio de 50 euros XD.
Seguimos la travesía y nos encontramos un cruce. Había dos caminos y las señales una indicaba uno y la otra el otro. Cogimos el de la izquierda ….. si la etapa era de 19 kilómetros nosotros hicimos 26 km. Porque ese camino daba la vuelta entera a Galicía (irónicamente).
En el albergue de Sarria conocimos una alemana llamada Ana y un francés muy simpático cuyo nombre no me acuerdo.
Día: 25 de agosto de 2010. Sarria – Portomarín. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
En Sarria se acoplan todos los que hacen andando los últimos 100 kilómetros. El camino se masifica de gente que quiere que se les perdonen los pekados haciendo lo mínimo. A partir de aquí incluso la mentalidad cambia. Ya casi nadie nos deseará el simpático «Buen camino peregrino». Aunque lo más alucinante es el montaje de teletransporte de mochilas que consiste en dejar la mochila a primera hora del día en un punto de recogida y unos taxis se encargan de transportarlas al final de etapa.
Me despierta un comentario de un ciclista que en el momento de adelantarme les está diciendo a sus compañeros ….. «yo lo único que hecho en falta a estas alturas es un buen polvo ….. ya me duelen hasta los huevos !!!!» …. y la carcajada de la gente que había a su alrededor fue impresionante.
Estábamos ya andando (sin comer) y vimos que nos faltan 108 kilómetros hasta Santiago. En el primer área de descanso vemos que pone: «servimos desayunos». Entramos y vemos 7 máquinas expendedoras ….. sólo me paré para sellar. Despliego la credencial y la chica que tenía detrás se quedó flipada y dice a sus amigas: «fua, este chico tiene la mitad ya llena y yo sólo llevo dos sellos».
Miramos cuánto nos tocaba hacer hoy y vimos que eran 12 kilómetros nada más y la siguiente etapa eran otros 9 km por lo que decidimos juntarlas …… Me sorprendí al final del día porque pasamos de ser adelantados a adelantar a mucha gente.
En Portomarín nos encontramos con el francés y con Ana mientras comíamos bajo unos agradables porchos de la plaza.
Día: 26 de agosto de 2010. Portomarín – Palas del Rey. Tiempo: 8 horas. Link complementario.
En estas últimas etapas hay mucha gente que hace el recorrido. Está masificado. Nosotros dormimos en una habitación de un hostal privado porque estaba todo lleno. En los pueblos cuando pasa esto también te dejan dormir en las instalaciones deportivas pero nos tenían dicho que hay mucho follón y está sucio. Gracias a poder dormir bien empezamos recuperados para esta otra larga jornada.
Tengo la sensación que nos perdimos de nuevo. Esto se sabe porque de golpe sigues señales pero dejas de ver a la gente. En el cruce donde creo que nos perdimos conocimos a unos peregrinos andaluces que también se perdieron como nosotros y por eso los conocimos. Nos fuimos encontrando en todo este tramo del camino con los andaluces, el francés y su amiga alemana, unos madrileños que llevaban haciendo de entre 40 y 50 kilómetros al día, porque resulta que habían calculado mal y era su única posibilidad de poder acabar XD y con una familia que la bautizamos con el nombre de botejara. Eso sí, en toda la mañana no vimos ni a un solo peregrino con mochila ….. Sólo nosotros …… Todos iban sin !!!! Extrañados nos preguntábamos si estaban paseando (pero claro eran muchas personas) y descubrimos que hay un servicio que te llevan la mochila cada día a dónde quieras.
Una de las enseñanzas del camino es que uno carga con innumerables cosas inútiles que te perjudican para conseguir tu objetivo final si cargas con ellas. Es por esto que en estas últimas etapas te vas encontrando montañas de objetos que la gente va dejando para aligerar las pesadas mochilas.
Día: 27 de agosto de 2010. Palas de Rey – Boente. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
Hoy día 27 de agosto quiero aprovechar para recordar que es el cumple de mi primo Guillem.
Hemos salido a la misma hora que los madrileños, los que dicen que hacen cuarenta o cincuenta kilómetros cada día XD. Mientras desayunamos vimos 42 mochilas (contadas) que esperaban a los taxis. También nos encontramos en el bar una alemana que iba con el francés y la otra alemana.
Luego paramos para comer algo a media mañana. Esa vez comimos una rosquilla y un bizcocho mastodonte. La familia botejara se paró en el mismo bar a comer. El padre se compró un sombrero de peregrino y su hija (la única chica de mi edad que he visto) le dijo: «con ese sombrero pareces Sancho Panza». Si que lo parecía porque estaba algo gordito.
Llegamos a Melide, allí terminaba la etapa. Como sólo habíamos hecho 12 kilómetros decidimos seguir. Pero la siguiente era de 14 kilómetros. Así que cuando llevábamos 23 km mi padre me dijo que estaba cansado y que no quería seguir.
En el albergue donde paramos conocimos a una malagueña que nos contó que había conocido a una señora de 67 años que hacía unos 40 kilómetros cada día !!! dijo que había empezado en Roncesvalles y en 15 días ya estaba a 60 km de Santiago. Pero, por lo visto, no pensaba acabar aquí. Tenía pensado continuar hasta Finisterre que son 88 kilómetros más. Y para colmo iba ella sola con su bastón coronado con unas flores. Madre mía !!!! Y yo creía que las abuelas del pueblo de Campo en Huesca eran energéticas porque jugaban a bolos y hacían aquagym. Pero comparadas con ésta no son nada. ¡¡¡¡¡ Qué mundo ….. !!!!
Día: 28 de agosto de 2010. Beonte – Pedrouza. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
No pasó nada interesante. Sólo voy a contar que nos hemos ido encontrando con: los andaluces de Chiclana, la familia botejara de Reus, dos chicas de Barcelona (Sílvia y Rosa), la malagueña y un conboy de cuatro chicas asiáticas. Esta noche en vez de coger albergue pedimos una habitación con TV :P. Como estábamos hambrientos bajamos al bar y pedimos una paella de arroz negro una para mí y la otra para mi padre. No sobró nada. Llegaron los botejara de comprar y se pusieron a la mesa de al lado a hablar un rato antes de ir a dormir.
Día: 29 de agosto de 2010. Pedrouza – Santiago de Compostela. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
El último obstáculo que nos quedaba era subir lo que se conoce como el Monte do Gozo.
Al llegar a Santiago una chica argentina se nos enrrolló por la calle y nos colocó un cuchitril. Así que pudimos dejar las mochilas y luego fuimos a ver la catedral. Había tres colas distintas para entrar a la catedral. Una para oir misa, otra para ver la catedral y la última para abrazar al Santo y ver el sepulcro de lejos. Lo de abrazar al Santo antes era sólo para los peregrinos de verdad pero ahora es una atracción turística más. Yo quise saludar a la gente que oía la misa desde el Santo pero mi padre no me dejó.
Si haces los últimos 100 kilómetros andando o a caballo te dan la compostela, ó 200 kilómetros en bici. Para la compostela necesitas sellar la credencial en los albergues, iglesias ermitas y monasterios. Pero como a las 7 de la mañana no están las ermitas abiertas tuve que rellenar la credencial con sellos de bares :P. La compostela está en latín y no se entiende ni torta. Pero como tengo a mi frikiabuela me la tradujo toda en un santiamén. Evidentemente, si la compostela está escrita en latín mi nombre también lo escribieron en latín. Ya sé que no quereis saber mi nombre en latín pero os lo digo porque me hace ilu :P. Es NESTORUM. Después de recoger la compostela abrazé al Santo, visité su sepulcro y asistí a los últimos minutos de la misa.
Regresamos al cuchitril y recordamos que nos dijeron que en la habitación del al lado había unos italianos que se habían ido a Finisterre y que no volverían hasta bien de noche. Cuando llegaron al verlos nos dimos cuenta de que los conocíamos y que habían estado durmiendo varias veces con nosotros en las literas de abajo de los albergues multicolectivos.
Día: 30 de agosto de 2010. Santiago de Compostela – Ponferrada (León) – Campo (Huesca). Tiempo: 10 horas. Link complementario.
Nos levantamos muy temprano para coger el primer autobús. Llegamos a la estación de autobuses a las 7 de la mañana.
La señora de la taquilla nos dice:
– ¿Quereis billete para el autobús de las 7 ?
Nosotros: – Sí.
Señora: – Esperad que lo mire ….. lo siento no hay.
Señora: –  ¿Quizás querais, pues, un billete para el de las 8?
Nosotros: – Sí.
Señora: – Lo siento está lleno. Pero …. ¿quereis para el de las 9:45?
Nosotros: – Si hay sitio si …..
Señora: – Quedan dos sitios pero no estareis juntos.
Nosotros: – ¡Da igual!
Así que ya nos veis allí esperando en la estación de autobuses de las 7:00 hasta las 9:45. Y para colmo el autobús paró casi en cada pueblo. Llegamos a las 2 a Ponferrada. Cogimos la furgo, comimos y de vuelta para Campo. Cuando estábamos por Zaragoza el depósito de gasolina marcaba que había para 470 kilómetros. Media hora después marcaba que había para 500 kilómetros por arte de magia. De Zaragoza a Campo no hay 500 km ni pasando por las carreteras viejas y dando vueltas. Al pasar por Barbastro los cálculos del coche dicen que nos queda sólo gasolina para 80 kilómetros. Pero ya sabemos que este coche a partir de los 100 baja muy rápido el cálculo de la gasolina que queda. Nuestro susto fue cuando vimos un letrero de una gasolinera que decía que estaba abierta sólo de las 6 a 22 y eran las 22:17. Llegamos a una gasolinera por fin y estaba la chica subiendo al coche para marcharse. Mi padre baja, la alcanza y le dice: «¿puedes ponerme gasolina?» Y ella nos dice que no. Mi padre le suplicó que aunque fueran 10 euros para poder llegar a casa y ella contesta que no, Un rollo …. que ya estaba la alarma puesta y que vendría la policía y tal y tal ….. Pero nos dijo que en El Grado la gasolinera cierra a las 23. No nos la creímos pero era nuestra única opción. Fuimos allí a contrarreloj, Apurando las curvas. A toda velocidad. Y llegamos cuando faltaban 10 minutos para cerrar. Mi padre sale del coche y se puso la gasolina el mismo. El chico nos dijo un atajo por la carretera vieja para llegar a Campo. No habíamos cenado aún y el bar de Campo cerraba a medianoche. Ya nos ves otra vez a contrarreloj para llegar y poder comer unos tristes bocadillos. Pero cuando llegamos unos minutos antes van y me dicen no nos hacen los bocadillos porque la cocina está cerrada. Por lo que no nos quedó más remedio que ir a casa y comer de lo que había y nos pusimos a dormir. Fue un día bastante cansado.
Seguir el relato en Los días de Néstor.

La continuidad y superación de una obra

Año tras año el afán de vivir y convivir con la montaña ha conducido a PK, Pep V., Alfonso S. y a otros cuyos nombres no se dar en estos momentos la debida continuidad un espíritu de superación a esta obra de arte y de vida que es el campamento Taga (o también S.A.M.). Éste ha hecho y hace diferente y mejor los veranos de muchos chicos amantes de la montaña y de la lucha. Aquello de que la unión hace la fuerza queda en este caso muy patente y más cuando se trata de una unión física y espiritual. Todos juntos llevamos nuestras penas hacia las cumbres imponentes, pero estas penas también estan presentes en sus pies, al lado de las tiendas y que se materializan en un mástil que todos juntos levantamos con un gran vigor ya que amamos a nuestras banderas. Todo ello nos hace más unidos y menos débiles en la conquista de nuestros ideales.
Por esto, aquellos que dicen que el montañismo de hoy día ya no tiene mérito, al ser los medios actuales muy superiores a los de hace cien años, creo que no conocen lo que es la montaña. El sacrificio y la fatiga quedarán patentes en las líneas que siguen. Esta crónica no deja de ser más que tosca descripción de los hechos más significativos de la vida del campamento.
Sábado día 17 de julio de 1976.
Ayer viernes, después de algunas esperas normales, llevamos con los coches el material de Girona a Terrassa con el objeto de cargarlo en el camión de Pep V. una herramienta que siempre ayuda al éxito del campamento.
Esta mañana el teléfono ya ha funcionado:
– «Jordi, ves a buscar los piolets del Bofill a la casa tal de la calle tal».
Paco y Joan han llegado tarde a la cita con Lidón para recoger la tienda-refugio. ¡Menos mal que él tampoco se ha presentado! Después Paco ha ido al almacén y le han dicho que estaban en Bescanó. Más llamadas inútiles, impaciencia … Poco antes de partir llamo por última vez y su padre dice que ya estaba la tienda comprometida a unos parientes.
Los señores Forn no llegan. Llamamos. Ya han salido.
Después de bromas y comentarios, llantos y bendiciones, salimos del taller de Josep M. G. a las dos menos cuarto sin tienda ni piolets. Pasamos por Barcelona y en las primeras rampas del port dels Brucs la lluvia empieza a remojar la cosa. El cielo se pone negro. En La Panadella parece que nos quieren refrescar de verdad: no tenemos más remedio que pararnos y poner las puertas al Mehari. Antes ya nos habíamos parado en el Hotel América a llenar un poco el estómago y examinado el mapa del tiempo que también estaba lleno de nubes. Todavía volverá a salir el Sol y nosotros volveremos a sacarle las puertas al coche. Las secas y quemadas tierras de Aragón contrastarán pronto con los variados tonos verdes de los bosques que se encuentran entre Benabarre y Graus.
En Graus todo parece que está de fiesta y es que mañana tendrá lugar la bajada del Ésera en piraguas. Coches con sus respectivos remolques, banderas y una gran pancarta que cruza la carretera. Incluso hay algunos que la estrenan por anticipado. No hay que olvidar que esta prueba deportiva inspiró el lema del campamento del año pasado: «contra corriente y naturaleza». Nosotros seguimos aguas arriba del Ésera y parece ya que los nombres y las tonalidades se refrescan en el agua. El agua del Ésera y la de sus afluentes juegan un papel muy importante en la vida del campamento: lavar platos y cazuelas, caras sucias y ropa sudada, malas ganas y calor, fruta y vino, y por añadidura aquello de «dar agua al que tiene sed».
Pasado Campo, y por uno de aquellos movimientos instintivos, el Mehari se va un poco hacia la derecha, toca algo, y como consecuencia, se pincha una rueda y se le rompe el protector de una luz. Tocamos el cláxon pero los de delante ya no nos oyen. Diez minutos y a continuar.
Llegando a Benasque no vemos a nadie por lo que continuamos. Ahora como el coche no quiere tirar lo tenemos que apretar. Llegando al Plan de Baños encontramos a los de Barcelona montando las tiendas pero los de Girona aún no han llegado. Esperamos un poco. Montamos las tiendas que faltan. Vamos a sentarnos alrededor del fuego mientras Pepe Luis baja a Benasque a ver si los encuentra. Y sí que los encuentra. Pero cenando ¡y bien a gustito! Los de la Fonda Sayó ¡qué vida de dedicación a los montañeros! Dan posada y lecho a la familia Forn. Mientras, en el campamento el hambre aprieta y acogemos gozosos el pan recién hecho y bien tostadito en el fuego. El vino va moviéndose y el sueño también pero, en realidad, siempre en la primera noche se suele dormir poco. A las dos se acuestan los últimos.
Domingo día 18 de julio de 1976.
A las siete treinta se oyen los primeros gritos. Poco a poco la gente va dejando el sueño en el saco y sale a ver qué pasa. Unos primeros avisos ya resuenan en las asustadas orejas. Antes de las tres de la tarde tiene que estar todo instalado y preparado: el mástil, la mesa, la tienda-cocina, el almacén, el hoyo para las basuras, … y, caso de no ser así, el campamento va a ir mal.
Expedición de leñadores al bosque. Los árboles muertos todavía van a realizar su último trabajo y realmente lo hacen. Las primeras mulas hacen su aparición. Y ahora que digo mulas pienso en el viaje de Unamuno con uno de estos animales al Puerto de Benasque: qué grande le parecía todo esto a aquél hombre preocupado por la existencia y qué poca cosa le parecían aquellos hombres que trabajaban por estos valles rodeados de gigantes. La verdad es que aquí parecen pequeños, sí, pero los árboles también lo son y todos juntos, en poco rato, es impresionante el trabajo que se ha hecho. Estos árboles muertos cobran vida y la dan. ¡Qué pródiga es la Naturaleza!
Los matorrales que nos rodean también nos ayudan ya que con ellos haremos la mesa e incluso servirá para quitar el Sol de las catimploras. La tierra también hace su trabajo ya que gracias a ella cubrimos las basuras. El agua también se ofrece para refrescar la lechuga, los tomates, la fruta, el vino y, en general, toda la vida. Las piedras son un magnífico elemento para fijar las patas de la mesa. E, incluso, los vecinos corazonistas se muestran amables y nos alegran la jornada con sus cánticos. Esperemos que no llueva esta tarde …
Para desayunar leche, café, galletas, mermelada, chocolate y poca cosa más. Con ello cojeremos las fuerzas suficientes para llevar el mástil y algunos troncos gruesos que los utilizaremos para hacer la mesa. De todas formas ésta hoy se quedará a medio hacer. La recompensa al trabajo realizado en el día de hoy es una buena cazuela de judías con butifarra; una ensalada a base de tomate, cebolla, pepino, lechuga y aceitunas; y, para postres, melocotones y ciruelas del señor Frigola. Como algunos no tienen paciencia para esperar al café se van a jugar a fútbol.
Una vez digerida la comida lavamos los platos y preparamos las cosas para la excursión de mañana: el Russell (3212 m). Algunos ya se rinden hoy. Como se nos ha hecho tarde para salir hoy tenemos que plantar las tiendas otra vez. Decidimos salir mañana bien temprano. Los acampados hoy no se hacen rogar para ir a dormir puesto que el sueño aprieta. Como no hace mucho frío un pobre desgraciado propone hacer un vivac pero al poco piensa que la experiencia se puede hacer bien otro día.
Lunes día 19 de julio de 1976.
Nos levantamos pronto. El cielo está oscuro y sólo algunas estrellas lo iluminan. Medio dormidos subimos al camión y bajamos hasta el Plan de Senarta para remontar todo seguido por la pista de Vallhivierna. Con el traqueteo del vehículo y los cánticos espontáneos de los que en él viajan nos vamos despertando poco a poco. Salimos del lugar donde acaba la pista a las seis y media de la mañana y muy pronto vemos que hay poca nieve aunque la Pleta de Llosás está más verde que nunca. Llegamos al Ibón de Llosás a las ocho de la mañana y ya se empiezan a establecer diferencias de tiempos entre unos y otros. Comemos un poco y continuamos. A partir de aquí los dos Gómez se van distanciando del grupo delantero y me comunican su abandono a las nueve y media. Luego, apretando el paso, puedo establecer contacto con el grupo delantero y me anuncian dos abandonos más. Ya estamos en el inicio del glaciar. Es muy pequeño y helado. Nos ponemos los crampones y así llegamos hasta el pie de la canal que conduce a la cumbre del Russell. Los más jóvenes e inexpertos se rinden satisfechos de haber llegado donde han llegado. Los demás continuamos por la canal de piedras, más o menos descompuesta, y sin muchas más dificultades llegamos a la cumbre justo al mediodía. El día es claro, pero no en demasía, y las montañas cercanas se ven muy peladas. Da la impresión que el Pirineo se ha convertido en un gran pedregal faltado de ibones y de la luminosidad que le da la nieve de las cumbres. Entre lo que destaca se ve la cresta que nos conduce por el Margalida y el Tempestades a la Espalda del Aneto. Derivando del Margalida destaca la aérea e impresionante cresta de Salenques, la cumbre del Salenques y los valles de Llauset y Salenques. Se ve también el Mulleres y el valle con su nombre. En el horizonte se distinguen los Besiberris, el Montardo d’Aran, la Pica d’Estats, el Monteixo, las Culebras y el Posets.
No hay libro para firmar. Bajamos a las doce y media. En el ibón de Llosás ponemos los pies en el agua. A las cuatro y media salimos del Plan de Senarta unos hacia su casa y los otros hacia el campamento. Antes hemos tenido otro pinchazo con el Mehari y hemos de correr un kilómetro para avisar a los del camión. La vida del campamento continúa …

Nota del traductor:
Veinticinco años después todavía recuerdo una anédota de este último pinchazo … Era por aquel entonces un valle absolutamente solitario. Con los nervios de cambiar la rueda llegan los del Mehari corriendo al camión en busca de ayuda. Pero el caso es que dicen … ¡qué les han robado la rueda de recambio mientras la cambiaban! PK, con clara serenidad, afirma y rotundo desde el camión … ¡esto es imposible! Ante la insistencia de los del Mehari se realiza una búsqueda detallada y exahustiva de la susodicha rueda. Al cabo de un tiempo, rendidos, hay que acabar concluyendo que como mucho debe haber caído rodando al río pero nunca que la han robado. Simplemente es que no pasa nadie, absolutamente nadie. Y, si ha pasado alguien, para qué robar una rueda de recambio si casi es mejor robar un piolet, por poner un ejemplo lógico. Nada que no hay rueda. Después de mucho tiempo … a la que se levanta el capó del Mehari para volverlo a poner en su sitio … ¡aparece la rueda! Estaba escondida entre el capó y la parte delantera del coche …
El campamento estuvo lleno de «problemillas» como éste continuamente pero la verdad es que salió muy pero que muy bien en cuanto a la actividad montañera. Yo me fui a casa con cinco tresmiles al bolsillo: el Russell, la Maladeta Sur, la Maladeta Central, la Punta de Royo Literola inferior y el Gías. En las Maladetas la victoria fue para mí gracias a la intuición de PK que supo dar con el camino. Éste circula justo por el medio de la pared y sólo después de darle la vuelta a toda la montaña se consigue vencerla. Es como un juego. Es un acecho envolvente … El Royo fue reservado a los cuatro más expertos del campamento ya que sin la cuerda no se podía conquistar. El camino pasa por una pendiente muy helada. Lo del Gías fue como en las películas. Nos encontramos cerrados, a primera hora de la mañana, en el refugio de Estós sin poder salir por la puerta. Tuvimos que salir descolgándonos por una ventana …
© Joan Fort i Olivella y traducido al castellano por Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.001.