La premisa básica del libro es que afirma que una vez conocemos lo peor estaremos capacitados para ver lo que hay más allá. Coloca la disciplina interior en el primer puesto entre los valores de una vida buena. Si crees que los caminos fáciles hacia la iluminación no existen, ni siquiera hacia la salud mental, y que factores como el compromiso y la responsabilidad son las semillas de la plenitud entonces perteneces a la misma manera de pensar que el doctor Peck. Considera que la gran tarea de nuestros días consiste en la reconciliación entre la visión científica y la espiritual. El libro intenta construir puentes entre estas dos perspectivas y lo consigue con bastante éxito.
El autocontrol es la esencia del tipo de autoayuda ofrecida por el autor. Una persona capaz de retrasar la gratificación tiene la llave hacia la madurez psicológica mientras que la impulsividad es un hábito mental que al denegar la posibilidad de experimentar el dolor crea las neurosis. La mayoría de los grandes problemas que tenemos son el resultado de no haber encarado problemas anteriores, de menor importancia, de no haber sabido estar a la altura de la verdad. El gran error que hace la mayoría de la gente es creer que los problemas desaparecerán por su propia cuenta. La disciplina no tiene que ver solamente con crecer en términos de aceptación de la realidad sino también con la aceptación de la inmensa variedad de elecciones que tenemos delante.
Las personas eligen un camino espiritual concreto. En el libro hay numerosos relatos que muestran la transformación de una vida pero en otros casos la gente se niega a cambiar o no le importa realmente hacerlo. En lugar del horror de la enfermedad mental la mayoría de nosotros tiene que lidiar con la angustia de las oportunidades perdidas. El camino menos recorrido podría ser el camino espiritual pero también es mucho más áspero y oscuro respecto a la autopista habitual de la vida en la que los demás parecen estar bastante contentos. Las recompensas de la vida espiritual son enormes: paz mental y libertad de las preocupaciones hasta un punto que le parecería imposible a la mayoría de la gente.
El carburante para viajar por el camino menos recorrido es el amor. El amor es misterioso pero también exige esfuerzo. El amor es una decisión. Cualquiera se puede enamorar pero no todos pueden decidir que quieren amar.
M. SCOTT PECK en «Pensamientos del caminante».