¿Te interesa hacer un curso de milagros?

Al principio la autora cuenta su colapso nervioso que la llevó a reorientar su vida por completo. Ella se había considerado siempre una mujer luchadora, por alguna causa concreta o en contra de la injusticia, y consideraba que incluso la liberación de sus demonios era una cuestión que podía resolverse con la fuerza. Su depresión progresaba hasta que empezó a remitir poco a poco y ella descubrió que la libertad verdadera se parece más a derretirse en la auténtica naturaleza y personalidad de cada uno. Esta parte de su historia es cautivadora sobretodo por su escepticismo inicial y sus resistencias a renunciar a cualquier aspecto de si misma. Como cualquier persona normal ella tenía miedo de perder su poder. Pero esa lucha entre su ego y su verdadera y pura esencia es lo que le da al libro su tirón. Fue solamente cuando su caída llegó hasta el fondo que ella decidió intentar algo que se materializó en la rendición espiritual.
La mayor parte del libro está dedicado a las relaciones. El amor incondicionado es difícil de cultivar pero trae grandes recompensas ya que es la única manera en que podemos estar en paz con nosotros mismos. Las relaciones son como tareas y cada una de ellas nos ofrece las máximas oportunidades de crecer. Esto significa que nuestra idea romántica de un compañero del alma es errónea ya que nuestro verdadero compañero del alma podría ser la persona que más nos irrita y que nos hace crecer enseñándonos a ser pacientes y humildes y a amar más. Las personas que nos hacen enfadar son, a menudo, nuestros mejores maestros.
El libro también es interesante cuando habla del amor. Si le ofrecemos nuestra vida laboral a Dios nos revelará precisamente lo que mejor se adapta a nuestros talentos y temperamento y cuál es la mejor manera en que podremos ayudar al mundo. El genio sólo se manifiesta cuando nos convertimos en limpias herramientas de la expresión divina. Lo que más nos asusta no es el fracaso sino el resplandor que brillaría en nosotros si sólo lo permitiéramos. Pensando así ya no podemos seguir siendo esclavos del dinero. Al tener unas mentes poderosas solemos lograr los objetivos que nos establecemos pero nunca podemos confiar en que seremos felices si los alcanzamos.
La autora solía clasificar los milagros en la categoría de la basura religiosa y seudomística pero más tarde se dio cuenta de que, en efecto, son cosas muy razonables de pedir. Se trata simplemente de que ocurra algo que antes se tenía por imposible. Cuando decidimos tener una cierta apertura mental y nos comprometemos a cambiar todo lo que parece estar más allá de nuestro alcance se nos ofrece para nuestra transformación. Si no se trata ya de un deseo del ego, sino de una parte genuina de esa mentalidad transformadora, entonces los milagros ocurrirán. La autora observa que es muy triste que renunciemos tan fácilmente a nuestro poder de hacer milagros.
Marianne WILLIAMSON en «Regreso al amor».

 

la ayuda que proporciona la autoayuda te puede ayudar

 

Asegúrate de que en tu vida tienes tiempo para pensar

En su origen el Walden de Thoreau estuvo basado en una experiencia real de dos años viviendo en una cabaña en el bosque pero hoy en día suele tenerse como un diario de libertad y consciencia personales. Quería llegar a la esencia de la vida lejos de las mentiras y del chismorreo de la ciudad. Tras construirse una cabaña de unos 12 metros cuadrados se encontró con mucho tiempo libre. Cultivaba unas cuantas judías para venderlas en el mercado y que le servía para cubrir sus modestos gastos. Se buscó una vida idílica que llenaba paseando, leyendo, observando a los pájaros, escribiendo y simplemente siendo.
Este es un concepto tan extraño para la mayoría de las personas, tanto entonces como ahora, que parece una pérdida de tiempo o algo subversivo. Sin embargo, Thoreau se sentía más rico que todos sus conocidos ya que tenía todo lo que necesitaba a nivel material y también el tiempo para disfrutarlo. Las personas normales, con todas sus posesiones, tenían que trabajar sin descanso para poder permitírselas descuidando así la belleza de la naturaleza y el trabajo suave del alma que aparece en la soledad. Vivió en la época de la esclavitud.  Una vez pasó una noche en la cárcel por negarse a pagar los impuestos al gobierno que le seguía manteniendo. Pero él no se oponía solamente a la esclavitud de los negros sino a la esclavitud de todas las personas. Pensaba que sus mismos familiares y amigos estaban en una especie de cárcel de cuya existencia no se podían enterar por estar esclavizados del materialismo y del conformismo. El autor quería recobrar la plena libertad mental que tuvo en el momento del nacimiento pero que, en su opinión, le había sido arrebatada por la sabiduría convencional y por los prejuicios de su educación. Se retiró para dejar de ser un mero reflejo social para comprender lo que significaba ser un individuo libre.
Para el autor la posición social deja de tener importancia y la prosperidad se transforma en algo que más que ser alcanzado se manifiesta en la generosidad de la naturaleza. El trabajo sólo le resultaba necesario para tener tiempo para leer, escribir y disfrutar de la naturaleza. No significa que tengamos que irnos todos al bosque a sembrar judías. Los bosques de Thoreau simbolizan la abundancia de la naturaleza que nos provee de todo desde el momento en que tomamos la decisión de actuar de acuerdo con nuestra verdad interior. Si nos quedamos en la ciudad de nuestras mentes, temerosos de lo que los demás dirán de nosotros, lo único que veremos será la carencia, la miseria y los horizontes limitados.
Henry David THOREAU en «Walden».

 

la ayuda que proporciona la autoayuda te puede ayudar

 

Aprecia y expresa tu propia unicidad

La teoría evolutiva de Teilhard se refiere tanto a la mente como al mundo físico. Él no se conformaba con el descubrimiento de que hemos evolucionado a partir de los simios. Nuestro verdadero reto consiste en alcanzar el punto en que sepamos por qué hemos evolucionado. Los biólogos evolucionistas contemporáneos tienen muchas pruebas de que el cerebro humano no ha cambiado durante miles de años pero el simple hecho de que tengamos el mismo cerebro no significa que seamos los mismos seres. Cuando la humanidad empezó a vivir en un estado de reflexión nuestro progreso se hizo inevitable ya que no nos podíamos limitar a sobrevivir sino que se nos hizo necesario llegar a disfrutar de la supervida.
El autor consideraba su libro como un tratado científico pero estaba en contra de la especialización e hizo suya la postura paradójica por la cual la ciencia sólo podría alcanzar la mayoría de edad cuando fuera capaz de superar una visión del hombre limitada a su cuerpo físico. Para el autor la humanidad no era el centro del mundo sino el eje y el brote principal de la evolución. No se trata de colocarnos por encima de la naturaleza pero este enfoque eleva asombrosamente la complejidad y la inteligencia de nuestras búsquedas intelectuales y espirituales. Cuanto más complejos e inteligentes nos hacemos tanto menor será el influjo que el universo físico tenga sobre nosotros. El universo está recorriendo un proceso de involución de lo simple a lo cada vez más complejo y la mente humana también se desarrolla de acuerdo con esta ley.
En una conferencia que dio el autor en 1947 en la Unesco pidió protección no tanto para la autonomía de los individuos sino para la inefable singularidad del ser que cada uno de nosotros posee.  Esto suena muy elevado pero significa que la raza humana no progresará nunca si intentamos trascenderla. Tampoco lo hará por medio del individualismo. Sólo podremos movernos hacia delante, en cuanto raza, si cada uno de nosotros tiene la posibilidad de expresar plenamente su personalidad.
Acuñó el término noosfera que es el contraparte mental a la biosfera. Se trata de una capa invisible de pensamiento situada alrededor de la Tierra y que es la suma total de los estados mentales y espirituales de la humanidad, toda la cultura, todo el amor y todo el conocimiento. En la actualidad el influjo de cada persona desafía al tiempo y al espacio mientras que anteriormente su impacto se habría limitado a su localización física. El concepto de noosfera ha alcanzado claramente la mayoría de edad en la sociedad de las redes por tener una enorme influencia sobre los teóricos de la informática y de Internet. Este concepto también fue anterior al de Gaia, de James Lovelock, por el cual entendemos el planeta como un organismo viviente. El autor indica que en la medida en que la humanidad se hacía más reflexiva, más capaz de comprender su lugar en el espacio y en el tiempo, su evolución empezaría a moverse por grandes saltos y abandonaría la lenta escalada a la que nos tiene acostumbrados. En lugar del ritmo glacial de la selección natural física aparecería un refinamiento de ideas sumamente cargado de energía que acabaría por liberarnos completamente de la dimensión física. Nos moveríamos imparables hacia una existencia nueva en la que todos los potenciales serían realizados, Teilhard le dio el nombre de punto Omega.
Pierre TEILHARD de CHARDIN en «El fenómeno humano».

 

la ayuda que proporciona la autoayuda te puede ayudar