Proust se interesaba por el buen aprovechamiento del dolor en lugar de tratar de convertir nuestras vidas en una suma de aspiraciones realizadas, más nos vale buscar maneras de ser productivamente infelices. Parece que el dolor siempre nos sorprenda cuando tal vez no debiera. Muchos de los personajes de la obra de Proust son enfermos que no saben sufrir y que usan mecanismos de defensa para no enfrentarse a sus problemas lo que les convierte en personas insufribles. El arte de vivir no significa llevar un estilo de vida fabuloso sino que consiste en encontrarle valor y el sentido de nuestra vida a pesar de las circunstancias y no a través de ellas.
Según Proust, para mantener una amistad y disfrutar de su personalidad al máximo había que dejar hablar a las amistades. A Proust se le quería por saber escuchar tan bien. También pensaba que las amistades debían ser alegres y no intelectuales ya que la conversación era la ocasión de divertir a la otra persona y hacerla sentir especial. Proust indica que no hay que esperar tanto de nuestros amigos y que, en general, no es bueno depender de los demás para ser felices.
En cierto modo, la obra de Proust investiga cómo vivir plenamente el momento presente y todos los pequeños detalles de la vida. Él deseaba hacernos notar el lujo que representa el tiempo y que nos deleitáramos con él. Su famoso estilo refleja esta obsesión.
Alain de BOTTON en «Cómo cambiar tu vida con Proust».