Camino a la ley universal del universo

Si está cansado de los libros de autoayuda modernos el Dhammapada es una antigua fuente de sabiduría y una de las grandes obras de espiritualidad. La difusión del Budismo fue garantizada porque el Maestro indicó unas cuantas prácticas claras que prometían la eliminación del sufrimiento para siempre. Esta era claramente una idea revolucionaria y sigue siéndolo. La promesa de una vida sin dolor sigue teniendo un extraordinario atractivo. Buda tuvo éxito porque sus enseñanzas iban más allá de un tiempo y una cultura determinados ya que se refieren a la naturaleza esencial de la condición humana y de nuestra relación con el universo.
El libro simboliza perfectamente la eternidad y la accesibilidad. Son una serie de pensamientos inspirados. Se ha sugerido que mientras el Nuevo Testamento tiene la energía de un hombre joven que quiere transformar el mundo el Dhammapada tiene la sabiduría, la serenidad y la paciencia de un hombre mayor. Abarca temáticas tan intemporales como son el placer, la felicidad y el mal con un estilo directo y que no es académico.
Es nuestro deber librarnos del odio, de la enfermedad y de la inquietud. Esto no se debe hacer rechazando el mundo sino cultivando el amor, la sabiduría y la calma interior. El estado ideal es alimentarse de alegría que puede ser autogenerada. No tenemos que depender de los acontecimientos y de las condiciones del mundo para ser felices. Haciéndonos independientes nos hacemos capaces de ver que la ambición y la posesión son vias inferiores hacia la felicidad.
El sufrimiento surge de lo que queremos igual que el miedo. Deberíamos saber que los deseos fuertes tienen un precio. Si observamos la naturaleza transitoria del mundo y si aceptamos todo lo que nos viene podemos reducir el apego y en consecuencia también el miedo y la infidelidad.
La disciplina es una pieza clave.
La idea de dejar atrás la vida normal y convertirse en ermitaño a veces puede parecer muy atractiva. Pero afirma que refugiarse en la soledad es un signo de egocentrismo o de miedo. Es mejor confrontarnos con los desafíos del trabajo y de la vida familiar y es a través de ellos que podemos alcanzar la iluminación.
Las famosas cuatro verdades son centrales en el Budismo porque son las recetas para acabar con el sufrimiento:
dot Que la felicidad y el sufrimiento son estados condicionados.
dot Que tienen una causa.
dot Que tienen un final.
dot Que la manera de acabar con ellos es por medio de la práctica del octuplo sendero hacia el nirvana.
El óctuplo sendero implica:
dot Recta percepción.
dot Recto pensamiento.
dot Rectas palabras.
dot Recta acción.
dot Rectos medios de subsistencia.
dot Recto esfuerzo.
dot Recta atención.
dot Recta meditación.
Las afirmaciones del libro quizás más importantes podrían ser las siguientes:
«Porque el odio no es vencido por el odio: el odio es vencido por el amor. Esta es una ley eterna.»
«Domina la ira con la ausencia de ira, domina el mal con el bien. Vence al avaro siendo generoso. vence al mentiroso con la verdad».
BUDA en «El Dhammapada».

 

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La felicidad no es ningún lujo

El libro es una mezcla de lo que piensa el Dalai Lama sobre diferentes cuestiones con las reflexiones personales y científicas de Howard C. Cutler sobre las mismas. Cuando Cutler empezó a trabajar el libro estaba empapado de determinadas creencias derivadas de su trasfondo científico y occidental, como por ejemplo, que la felicidad fuese un misterio y que lo máximo a que podemos aspirar es a evitar la desgracia. El Dalai Lama le convenció que la felicidad no es ningún lujo sino el propósito mismo de nuestras existencias. Le indicó, además, que hay un camino concreto que nos lleva a la felicidad. Primero tenemos que identificar los factores que invariablemente nos conducen al sufrimiento y aquellos que nos conducen a la felicidad. Luego, tenemos que empezar a eliminar los factores que causan sufrimiento y a cultivar aquellos que traen felicidad. El punto más sorprendente a propósito de la felicidad es que su logro es científico y exige disciplina.
dot La felicidad tiene varios niveles. Según el Budismo hay cuatro factores: la riqueza, la satisfacción mundana, la espiritualidad y la iluminación que crean la totalidad de la búsqueda individual de la felicidad. Una buena salud y un círculo de amigos íntimos son también factores importantes pero la puerta a todas ellas está en nuestro estado mental.
dot Una vía directa a la felicidad es cultivar el afecto y la conexión con otros seres humanos. Busca siempre lo que tienes en común con los demás y nunca te sentirás solo.
dot Aunque parezcan muy poderosas las emociones y los estados mentales negativos no tienen fundamento en la realidad. Todas las emociones si se practican regularmente aumentan de tamaño. Se sugiere que cultivemos de continuo lo positivo. Todas las buenas costumbres empiezan siendo pequeñas pero los beneficios finales que producen son muy grandes.
dot Un estado mental positivo no solamente es bueno para tí sino que beneficia a todos aquellos que entran en contacto contigo y así cambia literalmente el mundo.
dot Actuar de forma sana en lugar de hacerlo de forma insana no es una cuestión religiosa o moral sino que representa la diferencia concreta entre la felicidad y la infelicidad.
dot No confundas la felicidad con el placer.
dot La felicidad es algo que se desarrolla a lo largo del tiempo.
dot Con el tiempo tienes que intentar eliminar las emociones negativas especialmente la ira y el odio y sustituirlas por la tolerancia y la paciencia.
dot Sugiere que la naturaleza fundamental del ser humano es amable.
dot La compasión es útil. Solamente si vemos y sentimos desde el punto de vista de los demás seremos realmente capaces de establecer vínculos profundos con ellos.
dot Nunca estar solo. El antídoto a la soledad consiste en estar preparados a conectarnos con cualquiera.
dot Distingue entre el amor basado en el apego y el amor basado en la compasión.
dot Si no logras cultivar la compasión, que es la habilidad de sentir el sufrimiento de los demás, perderás el sentimiento de pertenencia a la raza humana que es una fuente constante de calor y de inspiración.
Dalai LAMA y Howard C. CUTLER en «El arte de la felicidad».

 

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¿Cómo ser feliz?

Csikszentmihalyi ante la pregunta de por qué es más difícil ser feliz responde que lo es porque el universo no fue hecho para nuestra felicidad. Las religiones y las mitologías han sido creadas para proporcionarnos algo de seguridad ante este hecho pero el conocimiento de primera mano revela su verdad cruelmente una y otra vez. Afirma que es mejor concebir el universo en términos de orden y caos (entropía). El hecho de que un ser humano saludable encuentre agradable el orden nos da una pista sobre su valor intrínseco y sobre su papel en la creación de la felicidad. Llevar el orden a la consciencia, controlar la mente es entonces una llave hacia la felicidad. El autor empezó su investigación en base a la pregunta ¿cuándo está la gente más feliz? El resultado fue que los mejores momentos no acontecían por azar según el capricho de los eventos exteriores sino que podían ser razonablemente previstos en relación al desarrollo de determinadas actividades. Las actividades de valor más elevado que al ser emprendidas eliminan las preocupaciones o los pensamientos relacionados con cualquier otro asunto fueron definidas como experiencias óptimas o simplemente fluir. Tú y yo podemos reconocer nuestras experiencias de flujo por una simple característica: son aquellas que parecen parar el tiempo. Paras de actuar y simplemente actúas. La lección de la experiencia óptima es que estamos genuinamente felices mientras tenemos el control.
La investigación del autor descubrió algo fascinante sobre la experiencia del fluir y es que tras cada experiencia una persona se convierte en algo más que la persona que era anteriormente. Cada elemento que se absorbe así como cada perfeccionamiento de una habilidad ensanchan la personalidad y le otorgan un orden superior conformando un individuo cada vez más extraordinario. Eso explica por qué las experiencias del fluir pueden resultar adictivas porque la vida sin ellas parece estática, aburrida y falta de significado. La felicidad y el sentimiento de propósito pueden incrementarse sencillamente haciendo más de lo que nos gusta hacer. Resume que el sentido de la vida es todo aquello que tiene sentido para mí.
Con el incremento de la prosperidad, si una mayor parte de la población se empeña en hacer lo que más ama, toda nuestra actitud hacia el tiempo acabará cambiando. El tiempo dejaría de estar dividido por los modelos productivos de una cultura industrial con su estricta segregación entre trabajo y ocio. El tiempo sería determinado por nuestra actitud individual y subjetiva hacia la actividad concreta en la que estamos empeñados discriminando entre las actividades que inducen el fluir y las que no lo hacen.
Mihaly CSIKSZENTMIHALYI en «Fluir».

 

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