El libro transmite la calma de una persona que ha pasado por lo peor y ha sobrevivido. El libro es el mensaje de una persona que ha sabido escapar del victimismo y este aspecto ha suscitado una gran atracción especialmente entre las mujeres que han padecido historias similares a la suya. La esencia de sus ideas consiste en el amor hacia uno mismo y en la disolución de los sentimientos de culpabilidad un proceso que ella considera mentalmente liberatorio y físicamente curativo.
Sus principales argumentos son:
La enfermedad es el producto de los estados mentales. Cree que la incapacidad de perdonar es la causa de todas las enfermedades.
La curación exige que abandonemos el patrón de pensamiento que nos ha llevado a enfermar. El problema no suele ser casi nunca la cuestión central. Amarnos a nosotros mismos genuinamente es la base de cualquier autocuración.
Las afirmaciones tienen la función de hacernos recordar nuestra verdadera identidad para que podamos utilizar su poder.
Todo aquello en que concentramos nuestra atención aumenta así que mejor no concentrarse en las facturas o las deudas. Estaríamos creando más problemas si lo hiciéramos. El agradecimiento por lo que tenemos hace que se vuelva más abundante.
Tu seguridad no se basa en tu empleo, en tu cuenta corriente, en tus inversiones, en tu pareja ni en tus padres. Tu seguridad está en tu habilidad para conectarte con el poder cósmico que crea todas las cosas. Si tienes la capacidad de tranquilizar tu mente y de invocar sentimientos de paz, siendo consciente de que no estás solo, nunca más volverás a sentirte desamparado e inseguro.
La autora sugiere que paremos de criticarnos a nosotros mismos. El comienzo del amor a uno mismo es uno de los principales ingredientes para sanar la vida.
El libro se puede resumir en tres ideas fundamentales:
Aplicando la inteligencia a las emociones podemos mejorar enormemente nuestras vidas.
Las emociones son hábitos y como todo hábito pueden minar nuestras mejores intenciones.
Si desaprendemos ciertas emociones y desarrollamos otras ganamos control sobre nuestras vidas.
La inteligencia emocional (QE) afirma que las pruebas de inteligencia clásicas (QI) no predice particularmente bien los logros de las personas que es solamente una de las muchas clases de inteligencia y que las habilidades emocionales son estadísticamente más importantes para el éxito vital.
La fisiología de nuestro cerebro es una herencia de la prehistoria época en el que la supervivencia física lo era todo. Su estructura cerebral está diseñada para actuar antes de pensar cosa que es muy útil si nos encontramos en la trayectoria de una flecha o nos encontramos ante una fiera salvaje y hambrienta que nos ataque. El autor observa que el problema no está en las emociones en sí sino en el uso inapropiado que hacemos de ellas en determinadas situaciones.
El capítulo de las relaciones describe muy bien el intrincado trasfondo de la neurociencia y su influjo sobre los mundos marciales y venusianos de los dos sexos.
Al trazar el límite entre la vida emocional y la ética Goleman observa que si una persona no sabe controlar sus impulsos se hará daño en el nivel más profundo de su sentimiento de identidad. El control del impulso es la base de la voluntad y del carácter. La compasión es activada por la habilidad de apreciar los sentimientos y los pensamientos ajenos. Estos elementos fundamentales para la inteligencia emocional son atributos básicos para la persona moral.
Una cualidad muy importante de la inteligencia emocional es la persistencia y la capacidad de automotivarse. Estas no son propiamente emociones pero requieren autocontrol y habilidad de colocar en perspectiva las emociones y las experiencias negativas. Goleman otorga validez al poder del pensamiento positivo ya que lo considera una manera científicamente demostrada para alcanzar el éxito y afirma que una perspectiva optimista es un elemento clave para predecir las prestaciones efectivas. La inteligencia emocional subraya las relaciones y las habilidades de las personas que se fundamentan en la empatía y constituye un elemento básico de éxito en la actual economía más fluida y creativa.
Goleman toca un punto muy sensible en el mundo de los negocios y la empresa cuando se refiere directamente a la frustración que las escasas capacidades emocionales de ciertos jefes generan en los trabajadores. También da luz para que los jefes y los directores que buscan cómo mejorar unas prestaciones sumamente ineficientes encuentren nuevas formas de hacerlo. Se puede dar el caso de que estés produciendo el producto más interesante del mercado pero el lugar de trabajo puede seguir siendo un sitio miserable si es una especie de circo de egos que chocan entre sí. El éxito en los negocios resulta de la pasión por la creatividad o por un producto innovador. A pesar de que los egos inflados se asocian a menudo con ese éxito las mejores compañías modernas se distinguen por su capacidad de crear armonía e interés entre sus trabajadores dedicando muchas energías al producto o la creatividad y no tanto a la organización.
Creemos que el odio, la ira, los celos y demás emociones parecidas son muy humanas pero si nos fijamos en los mejores seres humanos del siglo XX (Ghandi, Martin Luther King, la madre Teresa de Calcuta) descubriremos en ellos que las emociones negativas brillaban por su ausencia. Estas personas eran capaces de mostrar su enfado según el dicho de Aristóteles:
«Cualquiera puede enfadarse eso es lo fácil. Pero enfadarse con la persona adecuada, hasta el nivel adecuado, en el momento adecuado, por el motivo adecuado y de la manera adecuada eso no es nada fácil».
El resúmen es que si queremos tener más inteligencia emocional hay que saber utilizar bien las emociones y no dejar que las emociones nos utilicen.
Piensa las cosas que deseas para tu vida: un trabajo nuevo o montar tu propio negocio, una bonita relación, un sentimiento de paz y serenidad, unas habilidades mentales superiores, unas proezas en el deporte o lo que sea. Con la visualización creativa la llave del éxito está en tranquilizar tu mente hasta que tus ondas cerebrales se vuelvan del tipo alfa. Este estado suele manifestarse espontáneamente justo antes de dormirse o apenas despiertos, durante la meditación o quizás estando sentados al lado de un río o en un bosque. Tu primer impulso podría ser el de soñar con las cosas bonitas que deseas pero el propósito verdadero es eliminar las capas de nuestra personalidad reactiva habitual y dejar fluir los pensamientos que reflejan tu identidad más elevada. Desde esta posición es probable que pienses solamente en lo que te conviene y en lo que puede hacerte auténticamente feliz.
El universo físico es energía.
Las partículas de los diferentes tipos de materia tienen diferentes niveles de vibración.
Cuando visualizamos creativamente o hacemos afirmaciones positivas sobre una situación o un desenlace estamos irradiando energía de pensamiento por todo el universo.
Afirmaciones. Gawain dice que las afirmaciones fijan lo que imaginas. Tienen que formularse en tiempo presente y deberían llevar verbos.
Aceptar lo bueno. Antes de visualizar asegúrate de que estás dispuesto a aceptar lo que te venga.
Creer. No hace falta que creas en ninguna vida espiritual o metafísica para que te funcionen las visualizaciones creativas ya que todo el poder que necesitas para que tengan éxito ya está dentro de tí.
Salud y prosperidad. Puedes sanarte a ti mismo o a los demás visualizando la perfecta salud y de paso empezarás a comprender la verdadera abundancia del universo.