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Creencia y destino:
El mensaje más importante de «The Magic of Believing» es que virtualmente cualquier cosa puede ser nuestra y que podemos ser cualquier cosa , si somos capaces de desarrollar un conocimiento sobre ello que no necesitamos cuestionar. Bristol dice que Napoleón y Alejandro Magno se convirtieron en superhombres porque tenían creencias más allá de lo normal. Hay quien dice que nuestras creencias sobre nosotros mismos y nuestro lugar en el mundo son las causas determinantes para alcanzar el éxito.
El sirviente subconsciente:
Si usted puede entender la relación entre la mente consciente y subconsciente, dice Bristol, llegará al corazón del poder de la creencia. El subconsciente contínuamente trabaja para expresar nuestras creencias y deseos más profundos. Es un sirviente fiel que renueva, guía e inspira, pero para obtener lo máximo de él requiere un gran respeto y una gran fe en lo que puede hacer. Ya que el subconsciente funciona en términos de imágenes, es vital que lo alimentemos con imágenes mentales de aquello que deseamos. Entonces puede trabajar para conseguir esa imagen que antes hemos colocado, dándonos intuiciones de qué hacer, dónde ir y a quién conocer.
Proyectar el pensamiento y la creencia:
Bristol apunta que todos los grandes científicos relacionados con la electricidad (Edison, Steinmetz, Tesla, Marconi) estaban interesados en la telepatía. Para ellos no era ridículo creer que los pensamientos podían moverse a través del aire, que podían afectar por sí mismos los sucesos si, al igual que una buena señal de radio, eran fuertes y claros.
El poder de la sugestión:
Amuletos, talismanes y objetos de la buena suerte de cualquier clase no aportan por sí mismos la buena suerte, comenta Bristol, sino que es la creencia en su eficacia lo que es poderoso. La repetición es otra manera de implantar una sugestión en nuestras mentes. La tremenda fuerza de la repetición del pensamiento primero supera la razón actuando sobre nuestras emociones y luego penetra en el subconsciente, donde es sólo cuestión de tiempo antes de que el pensamiento se represente.
Claude M. BRISTOL en «La magia de creer».

Intransigencia

«La historia del cristianismo es, por supuesto, un ejemplo perfecto de cómo la creencia de que uno está en posesión exclusiva de la verdad -es decir, que sólo tú tienes la razón- puede corromper tus actos y tu conducta hasta un nivel de locura. Durante siglos, torturar y quemar viva a la gente cuando su opinión difería en lo más mínimo de la doctrina de la Iglesia o de la estricta interpretación de las Escrituras (la «Verdad») se consideró correcto porque las víctimas «no tenían razón», estaban tan equivocadas que había que matarlas. La verdad se consideraba más importante que la vida humana. ¿Y qué era la verdad? Una interpretación en la que había que creer. Es decir, un montón de pensamientos.»
Eckhart TOLLE en «Un nuevo mundo, ahora».
Y pienso yo …. no sólo las religiones tienen esta intransigencia inaceptable …. también lo tienen los gobiernos de los estados cuando tachan de terrorista o antidemócrata a todo aquel que osa pensar diferente ….. una vez más ….. ir en contra de unos simples montones de pensamientos ……