Ideas para no ahogarse

El libro tiene una concepción del tiempo casi oriental y con el aprecio de la quietud. Su mayor valor está en la consciencia de las aplastantes demandas de la vida moderna y de la cultura en la que vivimos. Puede que nos sintamos bien por el retiro de meditación que acabamos de hacer o por el paseo por la playa del fin de semana pero sus efectos prolongados se esfuman y antes del martes por la mañana hemos vuelto a conducir deprisa, a enfadarnos y a odiar nuestra crónica falta de tiempo. ¿Cómo llevamos esa paz y esa visión distanciada en cada momento de nuestras vidas reales? Una de las cosas más refrescantes del libro es que te dice que no tienes por qué preocuparte por tener malos sentimientos. Te dice que no intentes liberarte de ellos sino que intentes ponerlos en un contexto más amplio. La mayoría de los remedios de Carlson resultan ser bastante sencillos y otros, en cambio, son novedosos. Algunas de las estrategias más interesantes que propone de las cien son las siguientes:
dot Hazte madrugador. Levantarse mucho antes que la familia proporciona un tiempo para leer, meditar o pensar en el día tranquilamente y a solas.
dot Abandona la idea de que las personas relajadas y amables no pueden triunfar. Una vida frenética, hecha de emergencias constantes parece encajar de alguna manera en nuestro concepto de individuo luchador y triunfador. Nuestra idea de volvernos más pacíficos y amables parece estar ligada, en cambio, con una apatía ensoñada. El pensamiento frenético y un movimiento constante privan nuestras vidas de la motivación y del éxito auténtico. Si la paz interior se vuelve una costumbre para tí te resultará mucho más fácil lograr tus objetivos y servir a los demás.
dot No interrumpas a los demás ni acabes sus frases. Es una manera sorprendente y sencilla de convertirnos en personas más relajadas y amables.
dot Aprende a vivir el momento presente. Si estamos atentos al momento presente el miedo tiende a desaparecer. Déjate sorprender por la facilidad con la que se resuelven los problemas de mañana. Haz de esto un hábito mental y verás como se transforma la vida.
dot Pregúntate: ¿esto tendrá importancia de aquí a un año?. Carlson acaba riéndose de las cosas que solían preocuparle. La energía que antes gastaba en enfadarse y agobiarse ahora la dedica a su familia y al pensamiento creativo.
dot Permítete estar aburrido. No tengas miedo al tiempo vacío. Puedes estar parado un rato y considerar tu aburrimiento. Te sorprenderá la limpieza mental que esto provoca y también los pensamientos creativos que surgen.
dot Imagínate tu propio funeral. Esta es una manera supervaliosa de reordenar tus prioridades ahora que es cuando importa.
dot Imagínate las personas de tu vida como bebés o como ancianos de cien años. Esta técnica siempre proporciona compasión y perspectiva.
dot Redefine un logro significativo. En lugar de pensar siempre en un logro como algo externo a tí pregúntate sobre los logros que ya has alcanzado pero en términos personales.
dot Ábrete a lo que hay. El mundo difiere, a menudo, de cómo nos gustaría que fuese.
dot Intenta estar de acuerdo con las críticas que te hacen.
dot Sé agradecido cuando te sientes bien.
dot Sé agraciado cuando te sientes mal.
dot Sé feliz allí donde estés.
En resumen, el libro en realidad se basa en la terapia cognitiva que muestra como los sentimientos suelen derivar de los pensamientos. Si te vuelves más consciente de tus pensamientos estarás capacitado para cambiarlos y, en consecuencia, tus sentimientos también cambiarán.
Richard CARLSON en «No te ahogues en un vaso de agua».

 

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Imaginación

Cuentan que, en la Edad Media, un hombre fue injustamente acusado de asesinar a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona influyente y por eso buscaron a un «chivo expiatorio» para encubrir al verdadero culpable.
El hombre fue llevado a juicio, conociendo que tendría poca oportunidad de escapar al veredicto: LA HORCA !!!!!
El juez, también cómplice, cuidó de que pareciera un juicio justo y le dijo al acusado:
– «Conociendo tu fama de hombre devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tú escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu destino«.
Por supuesto, el juez corrupto había preparado dos papeles con la misma leyenda: CULPABLE y la pobre víctima se dio cuenta que era una trampa.
No había escapatoria.
El juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.
¿Qué piensas que hizo? ¿Tú que harías? ¿Intentar huir? ¿Resignarte a ese fatal destino? Piénsalo un momento.
Mira qué es lo que hizo aquel hombre inteligente ….
El hombre inspiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados pensando y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa, escogió y agarró uno de los papeles y llevándolo a su boca se lo comió rápidamente.
Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente.
– «Pero … ¿qué hizo? … ¿Y ahora? … ¿Cómo vamos a saber el veredicto?«.
– «Es muy sencillo» respondió el acusado, «Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos qué decía el que yo escogí«.
Con rezongos y disgustos mal disimulados tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja: Por más difícil que se nos presente una situación nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento. Hay que ser creativo y cuando todo parezca perdido usa la imaginación. En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.

 

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