Sensaciones en una caída mortal

La gran mayoría de los accidentados – aproximadamente el 95% – manifiestan, independientemente de su grado de formación, las mismas impresiones, percibidas sólo de una forma ligeramente diferente. La muerte producida por un accidente súbito origina en casi todos el mismo estado espiritual, completamente diferente al que se produce ante una causa de muerte menos repentina.
Este estado puede caracterizarse brevemente de la siguiente manera:
No se siente ningún dolor, tampoco un miedo paralizante, tal y como puede aparecer en el caso de un peligro menor (incendios, etc). Ningún miedo, ni el menor rastro de desesperación, ningún sufrimiento, más bien una seriedad reposada, una profunda resignación, una controlada seguridad y agudeza espiritual. La actividad intelectual es enorme, multiplicándose por cien la intensidad y velocidad del proceso. Las circunstancias tales como la eventualidad de una escapatoria se contemplan con absoluta objetividad, de ningún modo se cae en la confusión. el tiempo parece dilatarse. Se actúa con una velocidad fulgurante y se toman las decisiones correctas. En muchos casos, a continuación se produce una visión súbita del propio pasado en su totalidad. Por último, el que sufre una caída escucha con frecuencia una música agradable para caer a continuación en un cielo azul tachonado de nubecillas rosas. Entonces se extingue la consciencia sin dolor – habitualmente en el momento del impacto, el cual puede oirse, pero nunca ocasionar dolor. Probablemente el oído sea el último de los sentidos en desaparecer.
Albert HEIM en «Notas sobre la muerte por caída mortal» (1892). 

Ideas para no ahogarse

El libro tiene una concepción del tiempo casi oriental y con el aprecio de la quietud. Su mayor valor está en la consciencia de las aplastantes demandas de la vida moderna y de la cultura en la que vivimos. Puede que nos sintamos bien por el retiro de meditación que acabamos de hacer o por el paseo por la playa del fin de semana pero sus efectos prolongados se esfuman y antes del martes por la mañana hemos vuelto a conducir deprisa, a enfadarnos y a odiar nuestra crónica falta de tiempo. ¿Cómo llevamos esa paz y esa visión distanciada en cada momento de nuestras vidas reales? Una de las cosas más refrescantes del libro es que te dice que no tienes por qué preocuparte por tener malos sentimientos. Te dice que no intentes liberarte de ellos sino que intentes ponerlos en un contexto más amplio. La mayoría de los remedios de Carlson resultan ser bastante sencillos y otros, en cambio, son novedosos. Algunas de las estrategias más interesantes que propone de las cien son las siguientes:
dot Hazte madrugador. Levantarse mucho antes que la familia proporciona un tiempo para leer, meditar o pensar en el día tranquilamente y a solas.
dot Abandona la idea de que las personas relajadas y amables no pueden triunfar. Una vida frenética, hecha de emergencias constantes parece encajar de alguna manera en nuestro concepto de individuo luchador y triunfador. Nuestra idea de volvernos más pacíficos y amables parece estar ligada, en cambio, con una apatía ensoñada. El pensamiento frenético y un movimiento constante privan nuestras vidas de la motivación y del éxito auténtico. Si la paz interior se vuelve una costumbre para tí te resultará mucho más fácil lograr tus objetivos y servir a los demás.
dot No interrumpas a los demás ni acabes sus frases. Es una manera sorprendente y sencilla de convertirnos en personas más relajadas y amables.
dot Aprende a vivir el momento presente. Si estamos atentos al momento presente el miedo tiende a desaparecer. Déjate sorprender por la facilidad con la que se resuelven los problemas de mañana. Haz de esto un hábito mental y verás como se transforma la vida.
dot Pregúntate: ¿esto tendrá importancia de aquí a un año?. Carlson acaba riéndose de las cosas que solían preocuparle. La energía que antes gastaba en enfadarse y agobiarse ahora la dedica a su familia y al pensamiento creativo.
dot Permítete estar aburrido. No tengas miedo al tiempo vacío. Puedes estar parado un rato y considerar tu aburrimiento. Te sorprenderá la limpieza mental que esto provoca y también los pensamientos creativos que surgen.
dot Imagínate tu propio funeral. Esta es una manera supervaliosa de reordenar tus prioridades ahora que es cuando importa.
dot Imagínate las personas de tu vida como bebés o como ancianos de cien años. Esta técnica siempre proporciona compasión y perspectiva.
dot Redefine un logro significativo. En lugar de pensar siempre en un logro como algo externo a tí pregúntate sobre los logros que ya has alcanzado pero en términos personales.
dot Ábrete a lo que hay. El mundo difiere, a menudo, de cómo nos gustaría que fuese.
dot Intenta estar de acuerdo con las críticas que te hacen.
dot Sé agradecido cuando te sientes bien.
dot Sé agraciado cuando te sientes mal.
dot Sé feliz allí donde estés.
En resumen, el libro en realidad se basa en la terapia cognitiva que muestra como los sentimientos suelen derivar de los pensamientos. Si te vuelves más consciente de tus pensamientos estarás capacitado para cambiarlos y, en consecuencia, tus sentimientos también cambiarán.
Richard CARLSON en «No te ahogues en un vaso de agua».

 

la ayuda que proporciona la autoayuda te puede ayudar