¿Qué harías si supieras que vas a morir torturado?

Boecio estaba condenado a morir torturado. Mientras esperó su muerte escribió un libro. Aunque Boecio no sea popular hoy en día su libro Consolación de la filosofía fue durante más de un milenio el más conocido después de la Biblia. El libro empieza cuando un prisionero (se supone que él mismo) recibe la visita en su celda de una aparición: Doña Filosofía. Ésta al saber que el prisionero se queja amargamente de la injusticia de su situación empieza a explicarle con argumentos razonados por qué no debería culpar a la Fortuna. La Fortuna va y viene a su antojo por lo que nunca deberíamos depender de ella. Doña Fortuna logra que el prisionero convenga que el mayor bien que podamos buscar es Dios y que nuestra búsqueda de cosas externas incluyendo la fama, la riqueza o el poder es en realidad un intento enmascarado de alcanzar la misma fuente de felicidad verdadera. Contrariamente a la Fortuna, Dios es constante y se llega a él mediante la mirada interior. Paradójicamente, la persona que busca a Dios consigue el autoconocimiento.
El libro se enfrenta con cuestiones aún más importantes relativas a la Providencia y a la libre voluntad. Cuando se le comenta al prisionero que no hay casualidad en el universo y que la Providencia todo lo organiza a la perfección éste se pregunta con razón: ¿cuándo, entonces, tienen los humanos la libertad de ejercer su voluntad? Doña Filosofía le explica que Dios ve en el presente los acontecimientos futuros que resultan de la libre elección. Dios ya sabe lo que ocurrirá si tú haces una determinada elección pero no interfiere en tu elección a menos que se le pida consejo.
Doña Filosofía intenta hacerle ver a Boecio que no hay mejor persona que aquella que habiendo disfrutado de la riqueza, del poder, de la celebridad y de todas las ventajas de su alto rango se ve finalmente forzado a reconocer que, en última instancia, las cosas materiales tienen muy poco valor. No solamente no le han protegido de la adversidad sino que, en efecto, han labrado su propio destino. Al final de su vida, escribiendo bajo el nombre del prisionero, Boecio alcanza una perspectiva que abarca su vida entera. Realza que todos sus logros mundanos no son tan importantes como el autoconocimiento que ahora está adquiriendo. Boecio cae en la cuenta de que su vida, hasta entonces, ha estado basada en el poder de la maestría o de la autocreación deliberada. Durante el año que estuvo en prisión aprendió a sustituir la fijación del adolescente – adulto por el control. Con la apreciación de la unidad y de la unicidad del universo se transformó por completo. Del político codicioso que había sido pasó a ser un anciano sabio. Confortado por la Filosofía, incluso con una muerte tan horrible como la suya por tortura, puede ser contemplada con cierto desapego.
BOECIO en «Consolación de la filosofía».

 

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Como un chamán

Bly hace una gran distinción entre el hombre salvaje y el bruto. Este último destroza su entorno, abusa de las mujeres y vuelca sobre el mundo su desesperación interior llena de desconfianza y de odio hacia los demás. El hombre salvaje, en cambio, ha sido preparado y sabe cuáles son los puntos que más hieren por este motivo, se parece más a un sacerdote zen o a un chamán que a un salvaje. El hombre salvaje es la mejor expresión de la masculinidad mientras que el bruto representa la peor. Bly piensa que la moderna manera de pensar acerca de la armonía y de una mayor concienciación representa una peligrosa atracción para los hombres más ingenuos. La mitología nos llama a vivir la vida plenamente, con sangre y lágrimas. La manera de realizarnos plenamente consiste en centrarnos en una sola cosa preciosa ya sea una idea, una persona, una historia o una pregunta y tomar la decisión de seguirla a toda costa es la señal de la madurez. Cuando tomamos una decisión clara el rey que tenemos dentro despierta y por fin sacamos a la luz todos nuestros poderes.
Si la energía del guerrero no es honorada y encauzada acaba expresándose mediante peleas de pandillas, violencia de género, pedofilia y sentimientos de vergüenza. Bien utilizada, en cambio, puede convertirse en una fuente de deleite para todos.
Hasta los veinte y los treinta años un hombre puede mariposear ya que en su imaginación nada le puede retener. Pero, para que un hombre se vuelva cabal tiene que haber algo que le desgarre, una herida que le permita el acceso a su alma. Bly dice que el contacto con el dolor y la pena es tan vital para la potencialidad del hombre como lo sería la capacidad de volar en el aire.
En Iron John, el príncipe disfrazado de caballero monta un caballo rojo, luego uno blanco y al final uno negro. Estos colores tienen una progresión simbólica y lógica con relación a la vida de un hombre. El color rojo de las emociones y la sexualidad desenfrenadas típicas de la adolescencia, el blanco del trabajo y el vivir dentro de la ley, y el color negro de la madurez en la que la compasión y la humanidad tienen la posibilidad de florecer. Bly cuenta que Lincoln en los últimos años de su mandato presidencial iba siempre vestido de negro. Había vivido muchas cosas. Ya no estaba dominado por sus emociones (rojo) ni por los principios externos o las leyes (blanco) así que dejó de hacer reproches y desarrolló un sentido del humor brillante y filosófico. Podemos reconocer a un hombre que ha empezado a dirigirse hacia el color negro porque nos inspira verdadera confianza. Ya no muestra rincones oscuros porque ha incorporado plenamente a su sombra.
Robert BLY en «Iron John».

 

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Deseo o propósito

El joven guerrero Arjuna, de la familia real de los Pandava, no desea entablar batalla con sus primos de la familia de los Kaurava, ¿y por qué debería quererlo? El lector sólo puede estar de acuerdo con que hacerle la guerra a su propia familia es una locura. El relato es, sin embargo, alegórico ya que trata de la acción y la no acción y nos presenta los conceptos de karma y dharma. Lo que existe, existe por alguna razón, aunque esta razón esté ahí para ser combatida. Sería agradable apartarse de la vida, estar por encima de todo, pero no se puede. Por estar vivos, no podemos impedir la acción o sus consecuencias: esto es el karma. ¿Si debemos lanzarnos a la vida, quién debería ser nuestro guía? Existe la acción motivada por el deseo y la acción dirigida por un propósito. La primera parece más fácil, ya que nos permite vivir sin cuestionarnos nada y requiere poco autoconocimiento. Sin embargo, va en contra de la esencia de la ley universal y suele inducir el espíritu a alejarse de nuestras vidas. La acción intencionada parece más complicada y oscura pero es en realidad el camino más natural, representa la salvación de nuestra existencia e incluso la fuente de nuestro placer. Esta es la acción que brota del dharma.
La Bhagavad-Gita es un libro magnífico porque encarna la mente racional capaz de escoger la acción intencionada por encima de la automaticidad de una vida dirigida por el deseo. En realidad, la razón es el proceso por el que descubrimos nuestro lugar dentro del esquema general del universo y en particular el trabajo o las acciones por las que nuestra existencia se ve justificada y plenamente realizada. La razón es entonces lo que nos convierte en seres humanos.
La Bhagavad-Gita distingue los tres elementos constitutivos de la naturaleza: Tamas (la oscuridad), Rajas (el fuego) y Sattva (la luz). Un estilo de vida Rajas se traduce en una vida llena de acción y de constante ocupación, con mucha dispersión, un hambre insaciable de novedades, falta de reposo y deseo por las cosas y las personas. Se trata de ganar y obtener, de una vida centrada en lo que es mío y lo que no es mío todavía. Tamas simboliza la inercia, la insipidez, el descuido, la ignorancia lo que hace que sea una vida bastante mediocre. Sabrás que estás experimentando una vida Sattwa cuando las intenciones son nobles y cuando sientas paz cumpliendo tus acciones. Tus obras se convierten en tu templo y las realizarás aunque no recibieras ninguna recompensa.
La Bhagavad-Gita enseña que puedes lograr sentirte bien contigo mismo sin necesidad de reconocimiento externo: tú sabes que realmente vales mucho. Uno de los campos principales para llegar a este nivel es la meditación que aporta el desapego respecto a emociones tales como el miedo y la codicia. El libro insiste en remarcar que la persona iluminada permanece inmunizada frente al éxito o al fracaso y no se deja llevar por los acontecimientos o las emociones.
BHAGAVAD-GITA

 

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