Maladetas Occidentales I (Cordier) (3254 m), II (Sayó) (3220 m) y III (Mir) (3185 m)

dot  Vista general de las Maladetas Occidentales desde el Pico de Alba. En realidad sale en un primer plano el Diente.

Maladetas occidentales

dot  Arriba detalle de las Maladetas Occidentales I y II. Abajo aparece la Maladeta Occidental III.

Maladetas occidentales
Maladetas occidentales

Pico de Alba (3118 m)

Pico de Alba

El Pico de Alba visto desde el valle de Paderna. La vía normal ataca la cresta por el lado derecho. Foto realizada a finales del mes de enero del año 1.983.
El macizo del Pico de Alba visto desde el puerto de Benasque. Al fondo a la izquierda sobresalen las Maladetas Occidentales y abajo destacan las Tucas del Ésera. Foto realizada en el mes de julio del año 1.982.

Pico de Alba

 Ver la crónica ¿Quieres llegar a ser un divo? (Preliminares) que narra una ascensión a esta cumbre por la cresta de los quince gendarmes.
 Ver la crónica Campamento Taga XV: agua constantemente (y II) que narra una ascensión a esta cumbre por el valle de Paderna.

El segundo accidente de Joan

Lo que me escribe Robert el 25 de julio de 1981.
(…) Los dos días siguientes son muy malos: nieva, llueve, graniza, hace frío, … y los pasamos metidos en la tienda. Leemos, hablamos de montaña, dormimos y oímos música. El buen tiempo llega y vamos al refugio de La Renclusa. El próximo objetivo: hacer las Maladetas Occidentales. En el collado de Alba la nieve está helada y la piedra muy descompuesta. Cuando estamos subiendo por la directa hacia la cresta encontramos una zona de hielo muy dura y de gran pendiente. Joan empieza a tallar escalones y de repente … patina, pierde el piolet, comienza a bajar, adquiere velocidad, esquiva unas piedras pero al final hay unas rocas … En el momento del choque me tapo los ojos. Joan está allí abajo. Estirado. No se mueve y yo bajo a toda velocidad a ver qué ha pasado. Hay sangre por la piedra, en su ropa, tiene las puntas destrozadas al intentar cogerse al hielo duro e inpenetrable. Está muy mal herido. No dice nada. Enseguida voy al collado a buscar ayuda y un botiquín. Mientras Alfonso lo cura yo voy corriendo al Diente de Alba a buscar a PK. Para bajar le tuvimos que encordar entre Alfonso y yo con tal de poderlo asegurar. Le falla una pierna y tiene las manos inutilizables. Con mucha calma llegamos al refugio. Con el Sol y el tiempo Joan se va recuperando poco a poco. Parece como si hubiera sido un presagio puesto que el tiempo siguió malo hasta el día que nos fuimos de Benasque. (…)
Lo que me escribe PK el 1 de agosto de 1981.
(…) Robert y Joan por su cuenta y riesgo intentaron la Maladeta Occidental III. Joan sufrió una caída de perspectivas mortales. Milagrosamente el primer golpe, el más fuerte, lo dió con el glúteo y gracias a eso sigue hoy vivo. Le hicimos las primeras curas, lo encordamos y gracias a Alfonso lo fuimos animando y bajando por la chimenea de Alba. Fueron más de tres horas de angustia pues no sabíamos qué tenía Joan pero la lección fue formidable. La montaña es como la concibo yo: en el justo equilibrio del riesgo. Esta experiencia es muy clara. (…)
© Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.002.