El segundo accidente de Joan

Lo que me escribe Robert el 25 de julio de 1981.
(…) Los dos días siguientes son muy malos: nieva, llueve, graniza, hace frío, … y los pasamos metidos en la tienda. Leemos, hablamos de montaña, dormimos y oímos música. El buen tiempo llega y vamos al refugio de La Renclusa. El próximo objetivo: hacer las Maladetas Occidentales. En el collado de Alba la nieve está helada y la piedra muy descompuesta. Cuando estamos subiendo por la directa hacia la cresta encontramos una zona de hielo muy dura y de gran pendiente. Joan empieza a tallar escalones y de repente … patina, pierde el piolet, comienza a bajar, adquiere velocidad, esquiva unas piedras pero al final hay unas rocas … En el momento del choque me tapo los ojos. Joan está allí abajo. Estirado. No se mueve y yo bajo a toda velocidad a ver qué ha pasado. Hay sangre por la piedra, en su ropa, tiene las puntas destrozadas al intentar cogerse al hielo duro e inpenetrable. Está muy mal herido. No dice nada. Enseguida voy al collado a buscar ayuda y un botiquín. Mientras Alfonso lo cura yo voy corriendo al Diente de Alba a buscar a PK. Para bajar le tuvimos que encordar entre Alfonso y yo con tal de poderlo asegurar. Le falla una pierna y tiene las manos inutilizables. Con mucha calma llegamos al refugio. Con el Sol y el tiempo Joan se va recuperando poco a poco. Parece como si hubiera sido un presagio puesto que el tiempo siguió malo hasta el día que nos fuimos de Benasque. (…)
Lo que me escribe PK el 1 de agosto de 1981.
(…) Robert y Joan por su cuenta y riesgo intentaron la Maladeta Occidental III. Joan sufrió una caída de perspectivas mortales. Milagrosamente el primer golpe, el más fuerte, lo dió con el glúteo y gracias a eso sigue hoy vivo. Le hicimos las primeras curas, lo encordamos y gracias a Alfonso lo fuimos animando y bajando por la chimenea de Alba. Fueron más de tres horas de angustia pues no sabíamos qué tenía Joan pero la lección fue formidable. La montaña es como la concibo yo: en el justo equilibrio del riesgo. Esta experiencia es muy clara. (…)
© Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.002.

Pedraforca

Muntanya nua,
colpida pel crim dels quatre vents;
muntanya bruna,
crema pel foc abrasador;
muntanya mare,
enganyada pels fills de la brasa;
muntanya aspre,
d’herba regada amb sang humana;
muntanya seca,
la blasfèmia allunya els núvols;
muntanya meva,
damunt he ofert mon sacrifici;
muntanya sola,
traïda per cent mil promeses;
muntanya fosca,
la nit embolcalla ta neu clara;
muntanya nau,
navegant en un mar de boira;
muntanya far,
de lluny coneixem el teu bell rostre,
que s’alça sobirà de nostra terra
per enlairar la vista cansada
de contemplar fang i pols, renyines
entre els fills de sa família.
 
Fills que no gosen alçar la vista
perquè la teva mà els fa por,
se’ls torna la calba blanca,
entre núvols es perd el seu cor,
llur mà es vol recolzar i patina,
llurs peus ja no saben caminar.
 
La mare prou que gemega i crida,
però les orelles resten tapades
dels qui la podrien escoltar…
Els fills volen que l’abaixis,
però per veure hi cal pujar …
 
© Joan Fort i Olivella
Poemes recollits al seu tercer recull, inèdit i a l’ordinador, Poemes de Barna i dona.