La Forqueta (3022 m) y Turets (3011 m)

Datos GPS de los puntos clave de la ruta normal
Aparcamiento Pleta del Estallo 31T 293278 4721210 1545
Puente de Espigantosa 31T 293281 4721411 1594
Cabana de Les Riberes 31T 292126 4722755 1861
Refugio Ángel Orús 31T 291599 4722800 2124
Cruce del Torrente de Llardaneta 31T 290773 4723676 2461
Cruce del camino de la ruta real al Posets con el del collado de Eriste 31T 290443 4723946 2532
Ibón de Llardaneta 31T 289882 4723976 2690
Collado de Eriste (GR 11.2) 31T 289173 4723541 2876
La Forqueta 31T 289010 4723320 3022
Collado La Forqueta – Turets 31T 289061 4723301 2999
Turets 31T 289086 4723221 3011

  La subida es de unos 1477 metros de desnivel. No tiene unas dificultades técnicas especiales. La subida al collado de Eriste es muy empinada y con nieve o hielo puede ser necesario el uso de crampones. La cresta del collado de Eriste a La Forqueta en alguna ocasión hay que utilizar las manos. Asímismo la cresta de La Forqueta al Turets son imprescindibles las manos y hay que sortear el tramo más difícil por la vertiente oeste. Si nos encontramos nieve o hielo en este tramo la cosa puede tener su gracia y complicarnos un poco la vida. Por lo demás el camino está bien señalizado. La orilla del Ibón Llardaneta tiene unos rincones muy bonitos para vivaquear. Ah! y por último una vez en el cruce del camino real al Posets con el del camino del collado de Eriste no os pase como a mí … PK, mi compañero, que iba delante me mira un momento, una vez nos encaminamos hacia el collado, y me dice: «¡Miquel! mira detrás tuyo». Me giro y veo una retaila de gente, unas 30 ó 40 personas, justo detrás mío siguiéndome con decisión. Me entra la risa. Y les grito … «… ¿qué vais al Posets? …». Síiii, me contestan jadeando casi todos. «… ¡Pues no es por aquí! ¡Es por allá la ruta real! Os habeis equivocado …».

En las vacaciones navideñas: un invento para la posteridad

4 de enero de 1982.
Todo empezó un domingo por la mañana a las 8.30 allí estábamos todos con las mochilas preparados para ir a la estación de Chamartín. Hicimos unas cuantas bromas al señor de información y cojimos el tren. Al cabo de unas horas llegamos a Cercedilla. Esperamos todos un rato y luego subimos a un trenecillo que nos llevó al puerto de Navacerrada. En ese tren hacía mucho calor porque la calefacción la tenían al máximo.

Una vez llegamos al sitio buscamos las llaves. Pero, ¿qué pasa? Pues que las llaves se habían perdido o nos las habíamos olvidado en Madrid. No sabíamos qué hacer. Queríamos comer y teníamos frío. Pero nuestro héroe Carlos P. resulta que al apoyarse en una ventana simplemente se le abrió inesperadamente. Pablo L-P. se coló dentro y se dirigió a la puerta para intentarla abrir pero no lo logró de ninguna forma al estar cerrada totalmente. Lo que sí pudo hacer fue abrir el marco de la ventana para que pudiéramos entrar todos por ella. Pasamos todos, comimos y nos fuimos a jugar con los trineos. La diversión duró toda la tarde. Por la noche nos metimos en la casa, siempre por la ventana, encendimos fuego y cenamos. Después de la tertulia nos introducimos en los sacos y nos dormimos.
A la mañana siguiente nos separamos. Unos se fueron a trinear y nosotros (Miguel J., Chema L-P., José Mª C. y yo) nos fuimos a subir la Bola del Mundo por la vertiente de Navacerrada. Comimos en la cima. Por cierto, nos costó mucho trabajo la ascensión al estar la nieve muy helada y tuvimos que hacer nosotros mismos escalones con el piolet. Bajamos a Valdesquí haciendo «Barriga-Plast». Es una técnica inventada por nosotros para el descenso de las montañas. Consiste en tumbarse boca abajo, se dirije la dirección con los brazos, se frena con los pies y se coje velocidad al deslizarse por el hielo. Altamente recomendable por lo increíblemente divertido que es.

Por la carretera llegamos a Cotos. Una vez estamos en la estación como faltaba una hora para que llegara el primer tren decidimos bajar andando hasta el puerto. Dos horas más tarde nos contábamos los dos grupos lo bien que nos lo habíamos pasado. Volvimos a colarnos en la casa por la ventana y esta noche ya no fue tan difícil conciliar el sueño.
El martes trineamos un poco y con el trenecillo bajamos a Cercedilla. Luego ya con un tren de verdad fuimos de Cercedilla a Madrid. Llegamos por la tarde.
Espero que os haya gustado la historia. No os durmais. Quiero llegar a ser periodista. Adiós.
Nota del webmaster MJ: Quique cuando me escribió esta historia tenía once años …

© Enrique Abad Martínez. Año 2.002.