Si quiero ….. puedo

Collier guía al lector a través de un paisaje mental de tres niveles: la mente consciente, subconsciente y la supraconsciente.
La parte consciente de nuestra mente la consideramos como nuestro yo, pero sólo representa una pequeña parte de la mente. La gente con éxito tiene una buena relación entre esa parte y su subconsciente, a la que dirigen para crear cosas para ellos y solucionar sus problemas. La parte subconsciente del cerebro sabe cómo hacer un millón de cosas perfectamente y las hará si la dejamos. El subconsciente es moralmente neutral y muy abierto a la sugestión. Si le proporcionamos al subconsciente pensamientos e imágenes de plenitud y éxito, trabajará para convertirlos en realidad. Si le damos pensamientos negativos creará circunstancias negativas. Collier sugiere que el sentimiento que a veces tenemos de estar siendo guiados hacia cosas mejores o lejos de las malas es de hecho una función de la mente supraconsciente. Dice, que si se le pide ayuda, acudirá en breve.
Collier señala que una vez hemos conseguido un objetivo es más probable que volvamos a conseguir otro porque ahora ya lo tenemos en nuestro interior para tener éxito. En otra analogía, sugiere que cuando deseamos algo con fuerza y creemos que lo conseguiremos hace que se ponga en movimiento un remolino mental que se traga las cosas, la gente y las circunstancias necesarias para permitir su realización.
Collier implacablemente va al fondo de lo que realmente significan conceptos como voluntad, deseo y ambición y como pueden ser utilizados. Lo básico de su pensamiento es que el éxito debe verse en la vida a través de imágenes que le den fuerza. Cualquier cosa hecha en el mundo real, dice Colliet, debe verse en la vida a través de imágenes que den fuerza, es por este motivo por el que ve tan importante la visualización.
«Poca gente sabe lo que quiere» (Colliet).
Robert COLLIER en «El secreto de las edades».

Motívate

Creencia y destino:
El mensaje más importante de «The Magic of Believing» es que virtualmente cualquier cosa puede ser nuestra y que podemos ser cualquier cosa , si somos capaces de desarrollar un conocimiento sobre ello que no necesitamos cuestionar. Bristol dice que Napoleón y Alejandro Magno se convirtieron en superhombres porque tenían creencias más allá de lo normal. Hay quien dice que nuestras creencias sobre nosotros mismos y nuestro lugar en el mundo son las causas determinantes para alcanzar el éxito.
El sirviente subconsciente:
Si usted puede entender la relación entre la mente consciente y subconsciente, dice Bristol, llegará al corazón del poder de la creencia. El subconsciente contínuamente trabaja para expresar nuestras creencias y deseos más profundos. Es un sirviente fiel que renueva, guía e inspira, pero para obtener lo máximo de él requiere un gran respeto y una gran fe en lo que puede hacer. Ya que el subconsciente funciona en términos de imágenes, es vital que lo alimentemos con imágenes mentales de aquello que deseamos. Entonces puede trabajar para conseguir esa imagen que antes hemos colocado, dándonos intuiciones de qué hacer, dónde ir y a quién conocer.
Proyectar el pensamiento y la creencia:
Bristol apunta que todos los grandes científicos relacionados con la electricidad (Edison, Steinmetz, Tesla, Marconi) estaban interesados en la telepatía. Para ellos no era ridículo creer que los pensamientos podían moverse a través del aire, que podían afectar por sí mismos los sucesos si, al igual que una buena señal de radio, eran fuertes y claros.
El poder de la sugestión:
Amuletos, talismanes y objetos de la buena suerte de cualquier clase no aportan por sí mismos la buena suerte, comenta Bristol, sino que es la creencia en su eficacia lo que es poderoso. La repetición es otra manera de implantar una sugestión en nuestras mentes. La tremenda fuerza de la repetición del pensamiento primero supera la razón actuando sobre nuestras emociones y luego penetra en el subconsciente, donde es sólo cuestión de tiempo antes de que el pensamiento se represente.
Claude M. BRISTOL en «La magia de creer».

Conciencia o inconsciencia ????

«No estamos centrados. A veces nos sentimos centrados, pero son momentos en los que una situación nos hace conscientes. Si de pronto se produce una situación muy peligrosa, empezarás a sentir un centro dentro de tí, porque cuando estás en peligro te vuelves consciente. Si alguien va a matarte, en ese momento no puedes pensar; en ese momento no puedes seguir inconsciente. Toda tu energía está centrada, y ese momento se vuelve sólido. No puedes moverte hacia el pasado, no puedes moverte hacia el futuro …. este momento concreto se convierte en todo. Y entonces no solo eres consciente del asesino, sino que te haces consciente de tí mismo, el que va a ser asesinado. En ese sutil momento empiezas a sentir un centro en tu interior.
Por eso los deportes peligrosos tienen su atractivo. Pregúntale a alguien que haya subido a la cima del Gourishankar, del monte Everest. Cuando Hillary llegó allí por primera vez, debió de sentir de repente un centro. Y cuando alguien llegó por primera vez a la Luna, debió de experimentar una repentina sensación de centro. Por eso el peligro tiene su atractivo. Vas conduciendo un coche, cada vez a más velocidad, hasta que la velocidad se convierte en peligrosa. Entonces no puedes pensar; los pensamientos cesan. Entonces no puedes soñar. Entonces no puedes imaginar. Entonces el presente se vuelve sólido. En ese momento peligroso, cuando la muerte es posible a cada instante, te haces súbitamente consciente de un centro en tu interior. El peligro tiene atractivo únicamente porque en algunas situaciones peligrosas te sientes centrado.»
OSHO en «Conciencia, la clave para vivir en equilibrio».