Las vías ferrattas de Canillo al bolsillo

A veces es sorprendente como pueden salir las cosas. La realidad puede superar incluso la ficción. Resulta que tuve la acertada idea de poner un anuncio en la página web de la FEEC -Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya-. Ponía que buscaba compañero, o compañera, para realizar excursiones y que se pusieran en contacto conmigo. La verdad es que no esperaba que me contestara nadie. Pero esta vez no fue así. Resulta que cada vez más la gente que practica el mismo tipo de montaña que yo con el tiempo se quedan sin amigos para salir. Acabas o no saliendo o saliendo solo. Cualquiera de las dos cosas no entran mucho en mi concepto de montañismo. Total. Un buen día recibo un email. Es de Joan, tiene la misma edad que yo y vive casi al lado de mi casa en Girona. Realmente increíble. Le contesto el email y le propongo quedar para comer o cenar y poder intercambiar ideas y propuestas. No soy de los que le guste que una relación de internet se eternice en este medio. Creo que rápidamente el contacto debe pasar a formar parte de la vida real. Resulta que para temas de montaña este pensamiento es muy fácil de llevarlo a la práctica. En otros temas ya la cosa pasa a ser harinas de otro costal. En fin. ¡Qué se le va a hacer!
La comida transcurre muy fluida y se hablan de muchos temas. Quedamos para hacer unas canales de hielo en el macizo del Cadí. El fin de semana escojido es el del puente del 1 de mayo del 2003. Recuerdo perfectamente como en un momento de la comida mi nuevo compañero me hizo, según él, una pregunta casi indecente … ¿Si ahora te preguntara la montaña que más te gustaría intentar ahora cuál sería? Yo le contesté casi sin dudar … el Ama Dablam. ¡Joe! … me contestó … yo creo que ni tú ni yo ahora estamos preparados para enfrentarnoa a semejante reto. No … le contesté yo convencido … o … igual no tanto. Tiempo al tiempo.
La cuestión es que el día acordado ya íbamos camino del Cadí. Hemos quedado con Emilio a la hora de la cena. También es otro contactado por la web de la FEEC. Los tres nos conoceremos gracias a internet. Durante el viaje yo le pregunto a Joan como es que no sale con su grupo excursionista a la montaña. El motivo básico que me alude es que no le gusta ir con ellos porque siempre cambian de plan a última hora. Claro eso no es serio. Si se queda para ir a un sitio pues hay que respetarlo. Ya lo entiendo yo perfectamente. Pero … a nosotros nos va a pasar lo mismo que criticamos … Resulta que al llegar al Cadí vemos que ya no queda nieve en las canales y dedicimos cambiar radicalmente de plan … nos vamos a ir a hacer vías ferrattas a Andorra. Como resulta que todo el material que llevamos es para hacer hielo no llevamos nada para roca. Total que antes de empezar tenemos que pasar por una tienda y comprar un disipador, un cordino y un par de mosquetones de seguridad. Ya estamos listos.

Roc del Quer
Roc del Quer

El primer objetivo del sábado 3 de mayo fue la directísima al Roc del Quer de la parroquia de Canillo. Esta vía ferratta sube por la parte más vertical y extraplomada de la pared. Esto hace que se sucedan una serie de pasos muy atléticos desde el primer momento. La vía en cuestión no es que sea muy difícil, precisamente, pero es exigente. Dejamos el coche en un aparcamiento que hay en la misma carretera que sube de Canillo hacia Ordino. El aparcamiento está después de una primera curva muy cerrada y una recta. El inicio de la ferratta está en esta misma recta hacia el centro de la misma y hay una placa indicativa. El itinerario nos lo encontramos perfectamente equipado con cables, cadenas, peldaños y presas muy divertidas. Hay, de vez en cuando, puntos para rapelar por si la cosa se pone fea y conviene hacer un abandono honroso.

Roc del Quer
Roc del Quer

Nosotros disfrutamos la vía y del día. No paramos de hablar y no paramos de hacer fotos. El resultado es el que se puede ver en el reportaje fotográfico. Estuvimos casi un par de horas que pasaron casi sin darnos cuenta. El punto clave de la ascensión está hacia el final que se sortea un gran extraplomo por su izquierda y luego se supera con una travesía de vértigo. Realmente no es apto para cardíacos.

Roc del Quer
Roc del Quer
Roc del Quer
Roc del Quer

Una vez terminamos la vía en el mirador nos fuimos a comer a Canillo. Engullimos unos macarrones en un santiamén. Medio en broma medio en serio comentamos si hacíamos otra vía para aprovechar la tarde. Yo como pensaba que Joan estaba mas bien de broma le dije que vale. Pero la broma acabó en serio. Joan y yo nos dirijimos a la vía ferratta de Racons mientras nos despedíamos de Emilio que ya regresaba a Barcelona. Racons es una vía francamente difícil. En la directísima del Roc del Quer cuando necesitas hacer un paso siempre te encuentras un peldaño. En Racons ni de broma. Ahí radica su dificultad. Tiene peldaños pero estan tan espaciados el uno del otro que casi siempre hay que hacer una presa intermedia en la misma roca. Francamente elegante, seria y atlética. Tiene a mi manera de ver dos pasos interesantes. Uno es un largo en el que se transcurre por una roca vertical sin un puñetero escalón que si fuera en libre sería como mínimo de cuarto. En este caso tienes una cadena y un cable de seguridad. Pero nada más. Y el otro paso es el extraplomo. Superar el extraplomo que está al final de la vía tiene su intríngulis. Simplemente te quedas sin fuerzas de brazos. La torta que te espera es de campeonato. Y el brazo ya no responde. Se supera con una dosis de sangre fría fuera de lo normal y una inyección adrenalítica sin parangón. Eso sí la recomiendo. Es una vía que hay que hacer para el que se dedique al ramo este nuestro de las locuras de conquistas de lo inútil.

Racons
Racons
Racons
Racons

Ya cansados de las dos vías nos dirijimos de nuevo al mirador del Roc del Quer. Allí nos encontramos con un grupo en el que había unas cuantas escaladoras. Mi locuaz compañero enseguida entabló conversación. La cuestión es que ni nuestro vino ni nuestra oferta de compartir vivac tuvo mucho éxito entre las féminas. Seguramente fue porque nos dijeron que eran de Andorra y claro siempre puede ser mejor dormir en una cómoda cama que en un cómodo prado de hierba. De todas formas yo creo que esa bella noche se equivocaron de elección. El vivac bajo las estrellas después de haber bebido el vino fue realmente una experiencia única.

Canal del Grau
Canal del Grau

Al día siguiente nuevo objetivo: la Canal del Grau. Resulta que cuando terminas la vía ferratta de Racons puedes empalmarla con la de la Canal del Grau. Por poder todo se puede en esta vida pero son dos vías francamente duras. Para hacer el mencionado empalme hay que tener una fuerza física ya importante. La vía de la canal del Grau es tan difícil como la de Racons ni más ni menos.

Canal del Grau

Tiene un aire diferente con sus travesías y sus puentes colgantes pero no deja de ser difícil. Tiene sus extraplomos pero son bastante más limitados que el último de Racons. Se sube a una espectacular aguja y después tiene a mi modo de ver quizás el paso más comprometido. Se trata de una travesía que sólo se puede superar en oposición a lo Dülfer.

Canal del Grau
Canal del Grau
Canal del Grau
Canal del Grau

La bajada la hicimos por la misma canal dando un primer rodeo inicial. Después de comer estuvimos de tiendas por este caótico pequeño país pirenaico y por la tarde dirijimos nuestros doloridos cuerpos hacia un merecido descanso.

Canal del Grau
croquis vías ferrattas de Canillo
croquis vías ferrattas de Canillo

© Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.003.

Grà de Fajol ventolado

Una excursión realizada el 5 de diciembre de 1976.
Diciembre ha comenzado con nevadas y rachas de viento. Un viento que hace revivir nuestras ansias de alturas y como un remolino hace renacer nuestros proyectos. Cadí, Monastero, Montserrat, Monteixo, … todos ellos escapan corriendo de nuestras mentes cuando anuncian que el fantasma de la nieve y del esquí hacen su aparición en las pistas del Pirineo. Es entonces cuando nos conformamos con lo que está más cerca aunque la notícia de la muerte de nuestro entrañable amigo Joaquím Ribas nos hace dudar un momento: la Coma d’Orri ofrece más seguridad.
Las máquinas también se estropean: a los de Palafrugell se les ha estropeado el coche y se atrasan una hora y media. Dormimos en Sant Pau de Seguries. El fogón se enciende y apaga a pesar de que lo venteamos con la mano. Las aceitunas son deliciosas, la sopa nos pone a buena temperatura, la tortilla de espinacas nos fortalece el corazón (Nota del traductor: al igual que al Popeye) y la leche que está de «coña» (llena) nos hace ver las estrellas, … «¡ai làs!».
Cerca de la estufa comentamos el trabajo salvavidas que los montañeros a menudo tienen que acometer y que los compañeros presentes tuvieron que realizar hace quince días en el Pedraforca: es el interés desinteresado que frecuentemente se pone como virtud del montañero. Un amor espontáneo y natural de esta gran familia que vive en la gran casa que es la montaña y que la frecuenta para vivir una vida más alegre y más segura a la vez que la sabe exponer por un compañero de cuerda. Al igual que dar sangre es vida, dar la mano, la cuerda o un azúcar también lo es y nunca nos hemos de arrepentir. (Nota del traductor: ¡Por cierto! ¿Quien me da azúcar para esta leche tan rica? je!je!je!).
Nos dormimos con la música puesta. El despertador palafrugellense no suena y nos despertamos una hora más tarde de lo previsto, a las siete y cuarto. El agua de los coches está helada y los cristales son como un cubito de hielo. No tardamos en ver la nieve. Subimos con el coche hasta el Pla de la Molina y en el lugar donde los coches ponen las cadenas nosotros lo giramos. Nos ponemos los crampones pero pronto nos los tenemos que quitar. Hay nieve polvo y los árboles a menudo dejan caer alguno que otro copo de nieve. El viento ya empieza a soplar la nieve de las cumbres.

A las diez y media pasamos por el Orri que ha dado el nombre del valle y la nariz de Miquel ya huele a nieve. Seguimos el lomo que sube por el centro del valle calzándonos de nuevo los crampones y atándonos a la cuerda.
En seguida la nieve vuelve a estar blanda y la subida se hace más pesada. Llegando a la Coma d’Orri (el collado) unos remolinos producidos por el viento (el torb) nos quieren hacer volar pero las palabras de ánimos de PK de que no son contínuos sino que llegan a intervalos de tres minutos nos animan a seguir. Pero antes nos comemos una naranja que siempre ayuda a remojar los pulmones y hacer trabajar al estómago con el objeto de que no se encoja ni se congele por inactividad. El viento va soplando y conviene tener una cara muy dura para pararlo. Nos damos cuenta que somos los únicos desgraciados que navegan (Nota del traductor: y no precisamente por Internet en estos momentos) por estos lares aunque parece que hay otros que bajan del Bastiments. En Ull de Ter se ve algunos que esquian y parece que allí tampoco hace muy buen tiempo. Donde estamos nosotros tampoco es que haya precisamente calefacción solar ya que seguramente se ha ido al vernos. Sin embargo, el rato que estamos en la cumbre del Grà de Fajol el viento está calmado y son las dos.

Las montañas no hace falta describirlas porque hablan por sí mismas. Estan todas blancas de nieve a poniente cosa que no pasa en el Costabona que sólo tiene nieve en la cresta. Comemos un poco de chocolate y almendras y nos vamos pitando.
En la bajada hay paradas por averías en las máquinas: un cordón que se desata, una nariz que se resfría, un tropiezo fortuito, un pie que le falta grasa y se enrampa por falta de líquido de frenos o simplemente por una brusca maniobra que hace detener al convoy. Después nos desencordamos y quitamos los crampones y seguimos la marcha. Antes de llegar al coche hemos de cruzar el río que le cuesta a alguien un remojón. Una señora nos pregunta cuánto falta para las pistas ya que no llevan cadenas. Y es que ir a esquiar sin las cadenas es lo mismo que no llevar los esquís. Ir a la montaña sin el equipo adecuado es exponer la vida.
En Setcases todavía hay vacas por las calles pero parece que pronto los coches las echaran fuera (Nota del traductor: es verdad hoy ya no hay ninguna fue una frase premonitoria). De Llanars salimos con el pan debajo del brazo. Para comer hay combinación de judías con lentejas y garbanzos (siplemente se ponen lo de los tres botes juntos) y resulta altamente acertado. A todo este rico potaje lo acompañaremos con el vino, la butifarra, las aceitunas y, en fin y sobretodo, con el hambre.
Datos GPS de los puntos clave de la ruta por el coll de la Marrana
Aparcamiento para ir al refugi d’Ulldeter 31T 439525.33 4697068 2087
Refugi d’Ulldeter 31T 439014 4696831.50 2239
Fuente d’Ulldeter 31T 438614.67 4696903.67 2315.67
Coll de la Marrana 31T 437767.50 4696573.50 2535
Gra de Fajol gran 31T 438210 4696382 2716
© Joan Fort i Olivella y traducido al castellano por Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.001.