13 de agosto del 2008.
Nuestros vikingos han disfrutado de unos días felices hasta que un día se oye gritar al vigía ….

Capitán, capitán, que nos atacan los indios !!!!!!!!
¿Quéeeeeeee? ¿Cómo es posible? Dime rápido ….. ¿cuántos son? …….
Capitán son tres mil dos.

Como …. como …. como que son tres mil dos !!!!!! ¿Cómo los has contado?

Muy sencillo capitán …. porque hay dos delante y unos tres mil atrás !!!!!

Vigíaaaaaa ….. y ¿vienen en son de paz o en son de guerra?

Capitán …. me parece que vienen en son de cachondeo porque vienen todos muy pintados …..

Tripulación !!!!! Todos a los botes !!!!!

Y se quedaron sin mermelada …..

Tripulación !!!!!!!

Hay que defenderse como seaaaaaa !!!!! Disparen a discreción !!!!!!

Y el señor discreción murió acribillado a tiros …….

Contramaestre !!!!!!

Estamos perdiendo la batalla ….. será mejor negociar ….. ¿Dónde está el gran jefe indio?

Capitán el gran jefe indio está haciendo el indio en gran cascada …..

¿Por qué está en gran cascada, contramaestre?

Pues porque unos cascan por aquí …..

Y otros cascan por allá …..




Tripulación !!!!! No hay nada que hacer ….. estamos perdiendo la batalla sin remedio !!!!!

Tendremos que seguir andando …..

Y como andando no se sabía el camino …. se perdieron ……

Y colorín colorado esta segunda crónica también se ha acabado …… ;-(
Aunque si os habeis quedado con más ganas …. siempre podeis ver, si no las habeis visto, la primera parte y la tercera parte !!!!
© Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.008.

A cada hora hay falsas alarmas. A las siete, hora establecida por los dueños de la casa, suena la trompeta definitivamente. Nos levantamos. Alguien ya pide cordones mientras nos atamos las botas. Salimos hacia las ocho. Enfilamos la carretera del pueblo y hemos de saltar una valla. El camino va subiendo decorado con alguna que otra mierda de vaca. Más arriba las hierbas y los helechos parecen que esten pintados de blanco y los hay que incluso parece que lleven pendientes producidos por la helada. El Sol nos va tostando la espalda y nos hace girar para contemplar el Taga vestido con toga y sombrero blanco. Cuando se empieza a divisar el Puigmal éste ya está envuelto de nubes negruzcas que no me dan muy buena espina. En nuestra subida al Cerverís encontramos una vaca y un ternero que tienen el pelo un poco erizado (es su forma de protejerse ante el frío) y casi se dejan tocar. Desayunamos en unas rocas y paramos en un hito lugar en el que empieza la nieve. Pronto Pedro empieza a notar el cansancio y reduce notablemente su ritmo. Lo que no reduce son las nubes y la niebla que cuando llegamos al primer pico ya lo tapan todo. En el corto espacio que hay entre el Cerverís (2202 m) y el Prat (2166 m), y durante el tiempo que pasamos en este último, la niebla sube y baja sin cesar unas veces tapándolo todo y las otras dejando ver al Balandrau y al Torreneules. El viento va soplando y nos obliga a ponernos toda la ropa de abrigo. Son las diez y media y más por lo tarde que por el mal tiempo regresamos al igual que el resto de la gente que también ha subido hasta aquí.