¿Cómo lo hago Santiago? porque …. vaya tela es ir a Compostela !!!!

ESTA CRÓNICA RELATA LOS HECHOS ACAESCIDOS A DOS PEREGRINOS QUE TUVIERON LA PEREGRINA IDEA DE PEREGRINAR JUNTO CON OTROS MILES DE PEREGRINOS MÁS LO IMPEREGRINABLE: EL CAMINO DE PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE COMPOSTELA.
Relato de Néstor Pavón Cercas. Año 2010.

 

 
Día: 19 de agosto del 2010. Campo (Huesca) – Ponferrada (León). Tiempo: 10 horas. Link complementario.
Salimos de Campo y fuimos en la furgo hasta Ponferrada. De Ponferrada a Santiago de Compostela andamos unos 220 kilómetros aproximadamente. Después de estar todo el día en el coche llegamos a una gasolinera y compramos algo de comida. Paramos en un pueblo de la carretera y buscamos un sitio para sentarnos y cenar lo comprado. Después mi padre montó la cama y me puse a dormir. Él mientras conducía yo dormia :). Llegamos ya muy tarde a Ponferrada y durmimos en la furgo en el aparcamiento de un hotel que hay en la misma entrada de la población.

 

Día: 20 de agosto de 2010.  Ponferrada – Villafranca del Bierzo. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
Hoy mientras yo dormía mi padre condujo hasta la estación de autobuses. Preparamos las mochilas, pero estuvimos un rato discutiendo sobre los objetos que había que llevar en ellas. Era porque pesaban mucho y había que reducir el peso ….
Buscamos un bar para desayunar. Pedimos unos bocadillos de tortilla y que nos hicieran el pan con tomate (porque fuera de Cataluña no saben hacerlo). Nos dijeron que no tenían tomate. Van y nos traen los bocadillos de tortilla con mantequilla y queso del caserío. Muy amables nos pusieron el sello de su bar en mi libreta del viaje y nos desearon una buena peregrinación. Al salir y nos preguntamos …. ¿Y ahora pa dónde? Buscamos a un poli. Nos encontramos una poli que nos indicó un camino. Luego, al poco rato, nos encontramos otro que nos dijo algo completamente distinto. Este último, eso sí, nos indicó el camino entero. Fuaaaa, nos oxidamos allí escuchándolo. Al cabo de un buen rato de andar vimos una indicación y ya nos incorporamos al camino de verdad.
Pronto, en un parque, vimos a un chico de unos 20 años y en la mochila llevaba una guitarra. vaya ganas de llevar peso. También vimos una familia con un cochecito y todo. Incluso un perro perdido nos siguió hasta el albergue. Como mi padre iba lento me adelanté un poco pero me salté un desvío. Resulta que el camino normal pasaba por arriba de una montaña y nosotros le dimos la vuelta sin tener que subirla.
En el albergue conocimos gente que llevaban ya unos 2500 y 3000 km en bici desde su casa de Italia. Nos preguntaron cuántos kilómetros habíamos hecho y les dijimos: «hoy es el primer día», y el italiano con cara de asombro dice …. «¿hoy primer día? FIESTAAAA !!!» fue muy bueno y nos reímos toda la mesa.
A la hora de dormir tuvimos a un tío que se puso a chillar como si se fuera a morir. Entonces, aparece el de la guitarra y se puso a tocar. Los del albergue les dijeron que se callasen todos que había gente que mañana había que madrugar …..
Día: 21 de agosto de 2010. Villafranca del Bierzo – Vega de Valcarce. Tiempo: 6 horas. Link complementario.



Me despertó mi amigo el chillón a las 6. Empezamos a andar a las 7:30. Con la calorada que nos dimos ayer por empezar a andar muy tarde aprendimos que teníamos que madrugar si no queremos quedar asados en el camino. Nos adelantaron dos chicos y uno de ellos llevaba una guitarra. Madre mía !!!!! con las guitarras …. Mientras andaba los coches me pitaban y no era para reñirme sino para animarme. También nos dicen todos …. «Buen camino peregrino» y mola mogollón porque te sube el ánimo al infinito.
Al pasar por el pueblo de Pereje en la ermita había un abuelo que iba chillando a los peregrinos para que la vieran y ponerles el sello.
Cómo estábamos hambrientos entramos en un bar y pedimos unos bocadillos de tortilla española (o sea sé …. de patatas). Allí te hacen unos bocadillos que hacen 8 centímetros de alto x 10 de ancho. Eso no hay quien sea capaz de abrir la boca para pegarle un buen bocado y se lo termine.
Llegamos al albergue y ZZZZZ … durante 3 horas. En el albergue había un peregrino coreano de 22 años que iba solo. Como él sólo sabía inglés tuvimos que repasar nuestros conocimientos de dicha lengua. Como vio que dominábamos bastante nos pidió si le queríamos hacerle de traductor. Fuimos al bar y nos dijeron que teníamos que esperar para cenar el menú del peregrino y tuvimos que esperar a que fuera la hora. Mientras estuvimos hablando para hacer tiempo y hambre sobre el fútbol, las comidas, el Zara, … Entramos a cenar y seguimos hablando. Nos contó que en Korea no hacen siesta y que es: VERY INTERESTING LA SIESTA !!!!! Iba haciendo fotos a los platos que se iba comiendo. Fue muy divertido. Al pagar mi padre pagó la comida de los tres. El chico, que se llama Hun, se sorprendió mucho. Nos hicimos una foto los tres y nos intercambiamos los msn.
Día: 22 de agosto de 2010. Vega de Valcarce – Cebreiro. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
Hun se fue muy tempreno. Mi padre y yo no porque nos fuimos a desayunar. El alberguista nos recomendó algunos albergues donde podíamos dormir bien sin mucha gente. Empezamos a andar con la salida del Sol. Subimos a Cebreiro que está en la frontera de Galícia. Es, quizás, la etapa más dura de todas porque hay que de subir una montaña muy muy alta. Lo hicimos con un cacho pan y un poco de jamón. Un señor se paró ha hablar con nosotros. Dijo que era la tercera vez que hacía el camino y que después de El Poio era todo bajada. Suerte que no me lo encontré porque lo mataría. Todo bajada ….. ¡Estuvimos todo un día subiendo! También nos dijo que a partir de Arzúa todo era muy feo. Al contrario …. fue de lo más bonito. Ese tío no había hecho nunca el camino …. fijo. Había uno que llevaba un piano colgado de la mochila. XD ¿Cómo pensáis que se puede llevar un piano colgado? ….. Era una tienda de aquellas que se montan solas.
Tuvimos que hacer cola para el albergue. Bueno ….. más que un albergue eso se parece más a un gallinero porque hay un mucho jaleo por las noches y muchos ronquidos. Vamos que se duerme poco. Conté las literas que había en la habitación ….. 26 literas de 2 personas ….. 26×2= 52 personas durmiendo en la misma habitación. Allí conocimos a un chico profesor de instituto de Barcelona que había hecho de Roncesvalles a Santiago y una vez en Santiago volver a Roncesvalles para luego ir otra vez de Roncesvalles a Santiago. De Roncesvalles a Santiago hay 737 kilómetros. 737×3 = 2211 kilómetros  ¡andando! Vaya colgado del camino. Y para acabar los cálculos éste era el noveno año que lo hacía !!!
Después de comer estuve ZZZZZ ….. la siesta (recordad es very interesting) 2 horas. En las duchas no había, ni habrá, puerta para la intimidad. Al terminar de cenar nos metimos en la cama y había un francés abriendo todas las ventanas ….. no os ni podeis imaginar a la temperatura a la que te sometes con 52 personas. Allí dentro seguro que alcanzamos los 40º y va muy en serio fue brutal. Claro por eso estaba abriendo las ventanas XD. Entonces el francés empieza a gritar: «Sacad los sacos del Himalaya que esta noche vamos a pasar mucho frío». Después continuó a grito pelado: «ESTA NOCHE VOY A DORMIR EN PELOTAS» con su típico acento de extranjero. Fue la monda. Con una sonrisa sarcástica, luego nos dijo: «Ya verás como está esto a las 4 de la mañana …..».


Día: 23 de agosto de 2010. Cebreiro – Tricastela. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
A las 4 de la madrugada empieza el folklore. Unos ya estaban recogiendo para empezar a andar. Pero claro, a las 4 no hay luz y no se puede hacer la mochila a oscuras. La gente enciende una linterna que parece un faro de la playa. Ya ves ….. éstos dando linternazos a la peña y uno les grita: …. «prefiero que enciendas la luz antes de que me deis más linternazos» ….. Al final encendieron la luz. Terminaron las mochilas se fueron y cerraron la luz. A las 5 de nuevo más personas haciendo mochilas. Otra vez más de lo mismo. A las 6 se levanta un español, del final de la sala, la cruza entera abre las luces todo cabreado y dice gritando: «ARRIBA TODO EL MUNDO !!!!! ESTOY HASTA LOS COJONES DE LAS BOLSAS DE PLÁSTICO, DE LOS PALOS QUE SE CAEN, DE LOS LINTERNAZOS Y DE LAS MOCHILAS QUE NUNCA TERMINAIS DE HACER !!!!!». Toda la sala partiéndose el culo. Fue lo mejor del viaje.
Hoy toca subir dos puertos de montaña con un viento y un frío que te llevaban a Santiago en un flay. Encontramos una señora alemana que tres ciclistas le habían golpeado la pierna. Cada vez que pasaba uno le empezaba a reñir en alemán XD. Los ciclistas se regalaban de ella pero tal cual. Muy mal educados.
Llegamos a Tricastela y todos los albergues estaban llenos menos uno. Eso sí te cobraban el doble pero tenías dónde dormir. Luego fuimos a un bar y pedimos bocadillos de tortilla (que raro XD) le dijimos a la camarera que los queríamos el pan con tomate. Nos trajo los bocadillos con las tortillas y por encima de la tortilla un tomate a rodajas. Mi padre y yo regalándonos.
Día: 24 de agosto de 2010. Tricastela – Samos – Sarria. Tiempo: 9 horas y media. Link complementario.

Para desayunar teníamos unas galletas pero las tuvimos que tirar porque estaban incomibles. Ya nos ves sin comer, diluviando, … de Tricastela a Samos 11 kilómetros y los hicimos sin comer porque no encontramos nada abierto. Pero eso sí en Samos estaban todos los peregrinos desayunando.
Visitamos el monasterio, pero había una parte de él que costaba 3 euros visitarlo. Llega un extranjero y saca para pagar un billete de 50 euros. Y va el cura y le dice: «Los ricos no pueden entrar a la casa de Dios». Pero la verdad es que no tenía cambio de 50 euros XD.
Seguimos la travesía y nos encontramos un cruce. Había dos caminos y las señales una indicaba uno y la otra el otro. Cogimos el de la izquierda ….. si la etapa era de 19 kilómetros nosotros hicimos 26 km. Porque ese camino daba la vuelta entera a Galicía (irónicamente).
En el albergue de Sarria conocimos una alemana llamada Ana y un francés muy simpático cuyo nombre no me acuerdo.
Día: 25 de agosto de 2010. Sarria – Portomarín. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
En Sarria se acoplan todos los que hacen andando los últimos 100 kilómetros. El camino se masifica de gente que quiere que se les perdonen los pekados haciendo lo mínimo. A partir de aquí incluso la mentalidad cambia. Ya casi nadie nos deseará el simpático «Buen camino peregrino». Aunque lo más alucinante es el montaje de teletransporte de mochilas que consiste en dejar la mochila a primera hora del día en un punto de recogida y unos taxis se encargan de transportarlas al final de etapa.
Me despierta un comentario de un ciclista que en el momento de adelantarme les está diciendo a sus compañeros ….. «yo lo único que hecho en falta a estas alturas es un buen polvo ….. ya me duelen hasta los huevos !!!!» …. y la carcajada de la gente que había a su alrededor fue impresionante.
Estábamos ya andando (sin comer) y vimos que nos faltan 108 kilómetros hasta Santiago. En el primer área de descanso vemos que pone: «servimos desayunos». Entramos y vemos 7 máquinas expendedoras ….. sólo me paré para sellar. Despliego la credencial y la chica que tenía detrás se quedó flipada y dice a sus amigas: «fua, este chico tiene la mitad ya llena y yo sólo llevo dos sellos».
Miramos cuánto nos tocaba hacer hoy y vimos que eran 12 kilómetros nada más y la siguiente etapa eran otros 9 km por lo que decidimos juntarlas …… Me sorprendí al final del día porque pasamos de ser adelantados a adelantar a mucha gente.
En Portomarín nos encontramos con el francés y con Ana mientras comíamos bajo unos agradables porchos de la plaza.
Día: 26 de agosto de 2010. Portomarín – Palas del Rey. Tiempo: 8 horas. Link complementario.
En estas últimas etapas hay mucha gente que hace el recorrido. Está masificado. Nosotros dormimos en una habitación de un hostal privado porque estaba todo lleno. En los pueblos cuando pasa esto también te dejan dormir en las instalaciones deportivas pero nos tenían dicho que hay mucho follón y está sucio. Gracias a poder dormir bien empezamos recuperados para esta otra larga jornada.
Tengo la sensación que nos perdimos de nuevo. Esto se sabe porque de golpe sigues señales pero dejas de ver a la gente. En el cruce donde creo que nos perdimos conocimos a unos peregrinos andaluces que también se perdieron como nosotros y por eso los conocimos. Nos fuimos encontrando en todo este tramo del camino con los andaluces, el francés y su amiga alemana, unos madrileños que llevaban haciendo de entre 40 y 50 kilómetros al día, porque resulta que habían calculado mal y era su única posibilidad de poder acabar XD y con una familia que la bautizamos con el nombre de botejara. Eso sí, en toda la mañana no vimos ni a un solo peregrino con mochila ….. Sólo nosotros …… Todos iban sin !!!! Extrañados nos preguntábamos si estaban paseando (pero claro eran muchas personas) y descubrimos que hay un servicio que te llevan la mochila cada día a dónde quieras.
Una de las enseñanzas del camino es que uno carga con innumerables cosas inútiles que te perjudican para conseguir tu objetivo final si cargas con ellas. Es por esto que en estas últimas etapas te vas encontrando montañas de objetos que la gente va dejando para aligerar las pesadas mochilas.
Día: 27 de agosto de 2010. Palas de Rey – Boente. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
Hoy día 27 de agosto quiero aprovechar para recordar que es el cumple de mi primo Guillem.
Hemos salido a la misma hora que los madrileños, los que dicen que hacen cuarenta o cincuenta kilómetros cada día XD. Mientras desayunamos vimos 42 mochilas (contadas) que esperaban a los taxis. También nos encontramos en el bar una alemana que iba con el francés y la otra alemana.
Luego paramos para comer algo a media mañana. Esa vez comimos una rosquilla y un bizcocho mastodonte. La familia botejara se paró en el mismo bar a comer. El padre se compró un sombrero de peregrino y su hija (la única chica de mi edad que he visto) le dijo: «con ese sombrero pareces Sancho Panza». Si que lo parecía porque estaba algo gordito.
Llegamos a Melide, allí terminaba la etapa. Como sólo habíamos hecho 12 kilómetros decidimos seguir. Pero la siguiente era de 14 kilómetros. Así que cuando llevábamos 23 km mi padre me dijo que estaba cansado y que no quería seguir.
En el albergue donde paramos conocimos a una malagueña que nos contó que había conocido a una señora de 67 años que hacía unos 40 kilómetros cada día !!! dijo que había empezado en Roncesvalles y en 15 días ya estaba a 60 km de Santiago. Pero, por lo visto, no pensaba acabar aquí. Tenía pensado continuar hasta Finisterre que son 88 kilómetros más. Y para colmo iba ella sola con su bastón coronado con unas flores. Madre mía !!!! Y yo creía que las abuelas del pueblo de Campo en Huesca eran energéticas porque jugaban a bolos y hacían aquagym. Pero comparadas con ésta no son nada. ¡¡¡¡¡ Qué mundo ….. !!!!
Día: 28 de agosto de 2010. Beonte – Pedrouza. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
No pasó nada interesante. Sólo voy a contar que nos hemos ido encontrando con: los andaluces de Chiclana, la familia botejara de Reus, dos chicas de Barcelona (Sílvia y Rosa), la malagueña y un conboy de cuatro chicas asiáticas. Esta noche en vez de coger albergue pedimos una habitación con TV :P. Como estábamos hambrientos bajamos al bar y pedimos una paella de arroz negro una para mí y la otra para mi padre. No sobró nada. Llegaron los botejara de comprar y se pusieron a la mesa de al lado a hablar un rato antes de ir a dormir.
Día: 29 de agosto de 2010. Pedrouza – Santiago de Compostela. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
El último obstáculo que nos quedaba era subir lo que se conoce como el Monte do Gozo.
Al llegar a Santiago una chica argentina se nos enrrolló por la calle y nos colocó un cuchitril. Así que pudimos dejar las mochilas y luego fuimos a ver la catedral. Había tres colas distintas para entrar a la catedral. Una para oir misa, otra para ver la catedral y la última para abrazar al Santo y ver el sepulcro de lejos. Lo de abrazar al Santo antes era sólo para los peregrinos de verdad pero ahora es una atracción turística más. Yo quise saludar a la gente que oía la misa desde el Santo pero mi padre no me dejó.
Si haces los últimos 100 kilómetros andando o a caballo te dan la compostela, ó 200 kilómetros en bici. Para la compostela necesitas sellar la credencial en los albergues, iglesias ermitas y monasterios. Pero como a las 7 de la mañana no están las ermitas abiertas tuve que rellenar la credencial con sellos de bares :P. La compostela está en latín y no se entiende ni torta. Pero como tengo a mi frikiabuela me la tradujo toda en un santiamén. Evidentemente, si la compostela está escrita en latín mi nombre también lo escribieron en latín. Ya sé que no quereis saber mi nombre en latín pero os lo digo porque me hace ilu :P. Es NESTORUM. Después de recoger la compostela abrazé al Santo, visité su sepulcro y asistí a los últimos minutos de la misa.
Regresamos al cuchitril y recordamos que nos dijeron que en la habitación del al lado había unos italianos que se habían ido a Finisterre y que no volverían hasta bien de noche. Cuando llegaron al verlos nos dimos cuenta de que los conocíamos y que habían estado durmiendo varias veces con nosotros en las literas de abajo de los albergues multicolectivos.
Día: 30 de agosto de 2010. Santiago de Compostela – Ponferrada (León) – Campo (Huesca). Tiempo: 10 horas. Link complementario.
Nos levantamos muy temprano para coger el primer autobús. Llegamos a la estación de autobuses a las 7 de la mañana.
La señora de la taquilla nos dice:
– ¿Quereis billete para el autobús de las 7 ?
Nosotros: – Sí.
Señora: – Esperad que lo mire ….. lo siento no hay.
Señora: –  ¿Quizás querais, pues, un billete para el de las 8?
Nosotros: – Sí.
Señora: – Lo siento está lleno. Pero …. ¿quereis para el de las 9:45?
Nosotros: – Si hay sitio si …..
Señora: – Quedan dos sitios pero no estareis juntos.
Nosotros: – ¡Da igual!
Así que ya nos veis allí esperando en la estación de autobuses de las 7:00 hasta las 9:45. Y para colmo el autobús paró casi en cada pueblo. Llegamos a las 2 a Ponferrada. Cogimos la furgo, comimos y de vuelta para Campo. Cuando estábamos por Zaragoza el depósito de gasolina marcaba que había para 470 kilómetros. Media hora después marcaba que había para 500 kilómetros por arte de magia. De Zaragoza a Campo no hay 500 km ni pasando por las carreteras viejas y dando vueltas. Al pasar por Barbastro los cálculos del coche dicen que nos queda sólo gasolina para 80 kilómetros. Pero ya sabemos que este coche a partir de los 100 baja muy rápido el cálculo de la gasolina que queda. Nuestro susto fue cuando vimos un letrero de una gasolinera que decía que estaba abierta sólo de las 6 a 22 y eran las 22:17. Llegamos a una gasolinera por fin y estaba la chica subiendo al coche para marcharse. Mi padre baja, la alcanza y le dice: «¿puedes ponerme gasolina?» Y ella nos dice que no. Mi padre le suplicó que aunque fueran 10 euros para poder llegar a casa y ella contesta que no, Un rollo …. que ya estaba la alarma puesta y que vendría la policía y tal y tal ….. Pero nos dijo que en El Grado la gasolinera cierra a las 23. No nos la creímos pero era nuestra única opción. Fuimos allí a contrarreloj, Apurando las curvas. A toda velocidad. Y llegamos cuando faltaban 10 minutos para cerrar. Mi padre sale del coche y se puso la gasolina el mismo. El chico nos dijo un atajo por la carretera vieja para llegar a Campo. No habíamos cenado aún y el bar de Campo cerraba a medianoche. Ya nos ves otra vez a contrarreloj para llegar y poder comer unos tristes bocadillos. Pero cuando llegamos unos minutos antes van y me dicen no nos hacen los bocadillos porque la cocina está cerrada. Por lo que no nos quedó más remedio que ir a casa y comer de lo que había y nos pusimos a dormir. Fue un día bastante cansado.
Seguir el relato en Los días de Néstor.

Ferias ’76: Cordones y optimistas

Una excursión realizada el 31 de octubre de 1976.
Cuando vas por la calle pensando proyectos y te encuentras a tres personas conocidas que tienen la misma «locura» y te acribillan a preguntas sobre lo que estabas pensando te sobreviene una especie de trauma y acabas concluyendo que todos sufrimos el «mal de altura». Entonces, profundizas en la enfermedad, te sosiegas y pides explicaciones. Sigo mi camino pensando en lo que me han dicho y los otros continúan el suyo mientras escrutan el cielo van configurando mentalmente el mapa de la excursión.
Las notícias del hombre del tiempo oscurecen un poco la idea inicial pero el Sol del viernes por la mañana que luce al salir de la cama la iluminan de nuevo y contesto afirmativamente mi asistencia. Me ato los cordones con optimismo.
La salida se retrasa notablemente: soldados que tienen guardia, coches con ruedas desinchadas, pueblos que no están en el mapa … Jaime y Miquel tienen que acabar comiendo en las Ferias. Paco, Miquel, Joan y Ferran lo hacen en casa. Pere y Josep al lado del Estany de Banyoles lugar del que saldremos a eso de las cinco de la tarde bien pasadas.
Como nos acordamos de Cayetano vamos a Camprodon a buscarlo. Lo encontramos «in fragantis» apalancado en el sofá y al abrirnos la puerta se queda como helado. Pero resulta que el mal de altura también lo afecta y se decide venir con nosotros. Prepara la mochila y presentamos la víctima a su padre que no tiene ni tiempo de darnos una contestación.
En Sant Joan de les Abadesses el viejo puente vuelve a levantarse fuerte y altivo sobre el Ter y en Ripoll el monasterio iluminado parece que recobre la vida. La carretera de Pardines invita a remover el espíritu. Encontramos a muchos excursionistas en la carretera que levantan un dedo. Pero cuando llegamos a Pardinas resulta que está todo lleno. Jumic tiene a cuarenta personas en un pajar. Finalmente la insistencia de Pedro y su dolor de cuello logran que tengamos una habitación. La cena parece que entra mejor cuando todos los estómagos atacados por un subconsciente colectivo que exclaman enfurismados «… la gallina ha dit que no, visca la revolució …» y entonando «el darrer cant d’en Siset». El cuchillo de Jaume se abre y cierra mágicamente. Quim pide no hacer humo. Fuera en la plaza los hay que parecen cabras de importación. A la hora de preparar las mochilas encuentro a faltar los cordones y a la hora de dormir un poco más de espacio pero me consuelo pensando que hay alguno en peor situación que yo.
A cada hora hay falsas alarmas. A las siete, hora establecida por los dueños de la casa, suena la trompeta definitivamente. Nos levantamos. Alguien ya pide cordones mientras nos atamos las botas. Salimos hacia las ocho. Enfilamos la carretera del pueblo y hemos de saltar una valla. El camino va subiendo decorado con alguna que otra mierda de vaca. Más arriba las hierbas y los helechos parecen que esten pintados de blanco y los hay que incluso parece que lleven pendientes producidos por la helada. El Sol nos va tostando la espalda y nos hace girar para contemplar el Taga vestido con toga y sombrero blanco. Cuando se empieza a divisar el Puigmal éste ya está envuelto de nubes negruzcas que no me dan muy buena espina. En nuestra subida al Cerverís encontramos una vaca y un ternero que tienen el pelo un poco erizado (es su forma de protejerse ante el frío) y casi se dejan tocar. Desayunamos en unas rocas y paramos en un hito lugar en el que empieza la nieve. Pronto Pedro empieza a notar el cansancio y reduce notablemente su ritmo. Lo que no reduce son las nubes y la niebla que cuando llegamos al primer pico ya lo tapan todo. En el corto espacio que hay entre el Cerverís (2202 m) y el Prat (2166 m), y durante el tiempo que pasamos en este último, la niebla sube y baja sin cesar unas veces tapándolo todo y las otras dejando ver al Balandrau y al Torreneules. El viento va soplando y nos obliga a ponernos toda la ropa de abrigo. Son las diez y media y más por lo tarde que por el mal tiempo regresamos al igual que el resto de la gente que también ha subido hasta aquí.
Durante la bajada estamos muy optimistas. Incluso nos encontramos a unos que llevan la música encima de la mochila y nos preguntan si falta mucho para llegar al refugi del Serrat. Volvemos a ver más vacas y a un potro que nos quiere seguir. Llegando justo encima del pueblo nos encontramos a unos que van con las manos en los bolsillos. Ver tantos optimistas nos hace «rampellar» de no haber continuado la excursión hacia el Balandrau pero la decisión de regresar ya está tomada. El último trozo ya va otra vez de cordones … ¡Eh! que quiero decir que me tengo que abrochar otra vez los cordones de las botas. Llegamos a Pardinas a eso de las doce cuarenta y cinco.
© Joan Fort i Olivella y traducido al castellano por Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.001.

La aventura de «les Fires»

30 de octubre de 1.975.
Son las nueve y diez de la mañana. Es Sant Narcís (la fiesta local de la ciudad de Girona). El Toika todavía está cerrado. Vamos a tomar café al Saratoga. Salimos con una hora de retraso. Barcelona la cruzamos por la calle Aragón y nos embarcamos por la ruta de los camiones. Quedamos que nos encontraríamos a la salida de Barcelona para hacer un cambio de conductores. Albert no se para y, además, se pasa la salida de Martorell y de Sant Sadurní de largo. Sale de la autopista, finalmente, por Vilafranca. Pasamos por Sant Quintí y en La Panadella nos encontramos con el Sr. Antoni A. que ha salido una hora más tarde que nosotros de Girona. Son las doce y decidimos variar el plan de ir a Ordesa para encaminarnos hacia el túnel de Viella. Comemos en la Pobla de Segur, en la cantina de la estación, y podemos comprobar algunos arreglos en la subida al coll de Perves con sus 14 paellas. En la bajada del coll de Viu el milquinientos hace algunas falsas explosiones aunque logra llegar al Pont de Suert. Allí los niños salen de la escuela, dando y esparciendo por el pueblo esta alegría infantil que todo lo invade. Pedro P. juega con el perro del Auto Control. Compramos aceite y coñac. No arreglan casi nada pero podemos llegar hasta el túnel. Oscurece. El refugio del lado de la carretera está cerrado. Un poco más arriba distinguimos unas casas. Subimos por la carretera y con sólo mirar las puertas éstas se abren. Vemos una luz y se oye alguien que habla. Una mujer nos atiende muy bien. Nos dice que podemos dormir allí en el pajar de enfrente que nos lo enseña. Este pajar tiene la cualidad de tener luz eléctrica …
Nos disponemos a hacer la cena: sopa, salchichas que salpican de mala manera hasta el extremo de tocarme el ojo, costillas, tortillas, huevos, vino, … ¿qué más quereis? Mientas tanto organizamos la comida y provisiones para la excursión de mañana. Objetivo: el Tuc de Mulleres (3010 m), tercer intento. La noche es fría pero se está bien.
Hoy es jueves. El día, mejor dicho, la noche es buena. Algunas estrellas cubren la bóveda del cielo. Con las luces el túnel toma un color rojo y enfrente se abre el valle que hemos de recorrer.
El primer problema, como siempre, es cruzar el río. El Noguera Ribagorçana que precisamente nace bajo el Mulleres. Casi no hay Luna y las pilas hacen poca luz. Al cruzarlo Quim B. deja volar la linterna y va a parar al río.
Por el bosque hemos de vigilar las ramas que por menos de dos reales te rascan la nariz. Después la subida se hace más tranquila.
Hemos de cruzar unas cuantas veces el río. El camino está marcado con montoncitos de piedras. Hacemos. Hacen. Un pequeño pica pica i después MP y yo nos metemos por una canal que hemos de salvar todo lo que sobresale con difíciles maniobras. El camino va subiendo mientras sale el Sol que hoy tiene un tono rojizo. Pero de repente se alegra nuestro corazón cuando vemos brillar por encima de unas peñas el refugio del Mulleres, situado a 2160 metros y que lo inauguraron el día que subí al Besiberri Nord. Es metálico, tiene unas literas a cada lado y una mesita con provisiones. A un lado de la puerta el botiquín y en el otro el libro registro. No hay agua por lo que hay que deshacer un poco el camino recorrido para obtenerla.
Pedro P., Cayetano I. y Quim B. se quedan en el refugio. Los demás seguimos y pronto se maravillan nuestros ojos cuando se nos aparece una ristra de tres lagos helados. Más arriba todavía hay otro. El día es bueno y no se ve difícil la cosa. Vendrán pronto las dudas y a medida que subimos no sabemos si es el pico de la derecha o el de la izquierda. Albert va hacia el de la izquierda. PK, y más tarde los demás, hacia la derecha. Pero vamos equivocados. Bajamos un poco y, viendo que la pala de nieve es un poco empinada, nos calzamos los crampones. Hoy los estrena un servidor. Nos encordamos. Se quedan MP y Lluís B. Por unos momentos el hielo se endurece y no hace mucha gracia la pendiente de nieve que dejamos atrás.
Dejamos los crampones y la cuerda en unas rocas y con un poco de cuidado llegamos al collado: el panorama es magnífico.
Arriba sopla por unos momentos el viento que no nos estorba para poder mirar el macizo de la Maladeta que se extiende delante nuestro: Russell, Tempestades, Aneto, Maladeta, Punta Astorg, Alba, Forcanada, Bessiberris, Coma lo Forno, Montarto, Cap de Toro y los estanys Tort, del Mulleres, Barrancs, etc. Abajo nuestros compañeros. Son las doce y hace siete horas que hemos salido del túnel que se divisa al fondo del valle.
Al bajar por las piedras hay que mirar por donde se ponen los pies. La nieve se hunde. Llegamos al refugio y pensando encontrar comida resulta que no queda nada. Unos se adelantan y van a Viella a telefonear, los demás «xino-xano» bajamos mientras PK nos recuerda los intentos anteriores que ya son historia.
En el túnel comemos un poco y nos vamos a Viella. A la salida de túnel nos para la Guardia Civil. El coche sigue haciendo puf-puf.
Al anochecer el valle se llena de penumbras y parece que las montañas estén de duelo. De duelo porque el día ha muerto. Cenamos en el pajar: las espinacas son deliciosas y no lo son menos las butifarras. Cuando llega la hora de hacer algo de tertulia todo el mundo tiene sueño: es que el día ha sido un poco pesado. Es justo el momento para meditar lo absurdo que es subir montañas. Lo absurdo que para aquellos que lo sienten de veras estar en la Naturaleza se convierte en un privilegio y en una satisfacción como ninguna otra en el mundo: es el premio de un sacrificio que el que no lo ha realizado no lo puede gozar.
No tarda en aparecer un gato por la ventana. Al día siguiente encontramos a faltar alguna cosa y es que el gato se lo ha comido. Fuera parece que nieva. El Mulleres está cubierto de nieblas. El agua es fría y los platos no se limpian de ninguna forma.
Me había olvidado decir que ayer, cuando llegamos, la gente ya estaba durmiendo y nos dieron la excusa de que se pensaban que cenaríamos en Viella. Hoy hacen buen papel. También podemos ver cómo cargan los grandes troncos de pino y haya justo al lado del túnel.
Poco después de iniciar la bajada el coche ya falla. Lo hemos de apretar subiéndonos en él a la carrera. Repetimos, de vez en cuando, las maniobras hasta Bono. Entramos en un túnel con las luces apagadas y, pensando que ya no se abrirán, salimos con las luces encendidas. Encontramos un coche de la policía. Eso no es nada si pensamos que después de parar un rato y volver a arrancar nos encontramos a cuatro seguidos que, por suerte, no nos ponen ninguna multa. Mientras PK ha bajado al Pont de Suert a buscar un mecánico. Han sido momentos de nerviosismo y de intranquilidad para él. Después con el Mehari bajamos todos a comer a «El Cortijo». Nos arreglan el coche justo antes de empezar a llover y nos dirijimos hacia Graus por la carretera que inauguraron el domingo pasado. Antes nos para la policía y resulta que el Mehari no lleva el seguro al día. Peor es el otro coche que lleva matrícula de Cáceres, el propietario es de Palafrugell, el conductor de Tarragona y reside en Girona. Pasamos una serie de túneles abiertos por los acantilados del río Isábena y que al final se encuentra el monasterio de Obarra.
En Graus no está el padre de MP. Le telefoneamos y nos dice que no ha podido venir. Nos dirijimos hacia Benasque pero nos quedamos en Campo a dormir. La gente del pueblo son muy abiertos y tienen el Turbón como un gran tesoro. Lástima que el sábado amanece lloviendo y en vistas del mal tiempo regresamos.
Comemos en Alfarràs guardando el recuerdo de lo que hemos visto y nos encontramos a Pep B. un chico de Sabadell que vive en París.
Pasando por el túnel del Brucs me viene a la mente el recuerdo de aquel otro túnel gracias a él una comarca muerta como era la vall d’Aran ha cobrado nueva vida y hemos podido subir al Tuc de Mulleres. Los recuerdos de la montaña nunca se olvidan …
© Joan Fort i Olivella y traducido al castellano por Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.000.