Sobre la guerra de sexos

La teoría de los roles sexuales, de la que Gray es uno de sus máximos exponentes, afirma que los hombres son muy diferentes de las mujeres por naturaleza y que el género constituye la esencia de la identidad de una persona. Sus críticos encuentran a Gray especialmente insidioso ya que no presenta nunca su visión como una teoría sino, sencillamente, dice que así están las cosas (hecho biológico). El fin último de Gray, consciente e inconscientemente, es hacer que las mujeres se sientan mejor respecto a su rol subordinado en una cultura de hegemonía masculina.
Ideas principales de Gray:
dot La llave de oro para unas mejores relaciones está en la aceptación de las diferencias.
dot Una mujer tiene como fin el de mejorar a un hombre mientras que un hombre sólo quiere ser aceptado. Los consejos no requeridos de ellas nunca son bien recibidos y suelen ser interpretados como críticas negativas. Los hombres le dan mucha importancia a su propia competencia y si no logran resolver los problemas sienten que están perdiendo el tiempo. A las mujeres, por el contrario, les gusta hablar de los problemas, incluso si no hay solución a la vista, porque eso les brinda la posibilidad importantísima de expresar sus sentimientos.
dot Las mujeres son como olas suben hasta la cresta, luego caen en la depresión y de nuevo vuelven a subir. Los hombres deben de saber que es en las depresiones cuando las mujeres los necesitan más. Para sentirse motivado un hombre tiene que sentirse necesario mientras que una mujer necesita sentirse querida.
dot Los hombres pasan de la necesidad de cariño a la necesidad de espacio. Los hombres se esconden en su cueva no por una decisión consciente sino por instinto.
dot Las discusiones suelen resultar en sentimientos heridos por la forma en que se presenta un argumento más que por su contenido. Lo más irritante es el tono áspero. Los hombres no se dan cuenta de hasta qué punto sus comentarios hieren y provocan porque ellos se fijan en el contenido. La mayoría de las discusiones comienzan porque una mujer expresa una preocupación por algo y el hombre dice que no vale la pena preocuparse por eso. Esto le quita validez a ella que se enfada con él. Entonces él se enfurece porque le parece que ella se enfada con él sin motivo alguno. Él no se disculpará por algo que cree no haber hecho y de esta manera la discusión inicial puede prolongarse en el tiempo.
dot Los hombres discuten porque sienten que no se confía en ellos, que no se les admira ni alienta, que no se les habla con un todo de confianza y aceptación. Las mujeres discuten porque no se las escucha o no se sienten entre las prioridades más urgentes de su hombre.
Gray sugiere que en nuestra época histórica tenemos razón en esperar la máxima satisfacción en nuestra vida romántica. Sin embargo, nuestros cerebros y nuestros cuerpos, que han evolucionado durante milenios, requieren de los refinamientos de las diferencias sexuales para un mayor éxito de supervivencia. Tener la expectativa espléndida de una relación perfecta y al mismo tiempo ignorar incluso las diferencias más básicas entre los patrones de pensamiento del macho y de la hembra resulta ingenuo y suele provocar que invitemos estúpidamente a un saboteador a bordo del barco del amor.
John GRAY en «Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus».

 

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La filosofía de la intrepidez

Existen diferentes tipos de miedo pero uno es el asesino: la creencia sencilla pero todopoderosa de que no serás capaz de llevar algo a cabo. El trabajo básico que hay que hacer es llegar a tener la certeza de que podrás manejar cualquier cosa que se te venga encima por buena o mala que sea. Jeffers afirma que el miedo no es un problema psicológico sino un problema de educación. Tienes que reeducarte a tí mismo para aceptar que el miedo es una parte necesaria del conocimiento y luego seguir adelante. No llega a decir que puedes controlar tu mundo por completo. Las cosas ocurren por sus propias razones. La llave para que el temor no nos aplaste está en reafirmar lo que hay. Esto no se aplica solamente a cosas pequeñas sino también a otras más significativas como el dolor. El pensamiento positivo no hace que el dolor desaparezca pero si lo integra como parte de tu universo sin negarle su derecho a existir verás que pierde casi todo su espanto. A lo largo de nuestra vida se nos repite que asumamos nuestras responsabilidades. La manera de entender la responsabilidad, según el autor, se parece más al ideal de confianza en uno mismo que ser responsable de cómo interpretamos las experiencias de nuestras vidas.
El pensamiento positivo está bien pero no refleja la realidad. Lo que es realista depende de nosotros y de cómo moldeamos nuestros pensamientos. Una mentalidad positiva no te salvará de las malas noticias pero puede que tu reacción sí varíe. La llave del pensamiento positivo es que hay que practicarlo todo el rato. Aconseja rodearte de todo lo que te inspire positivamente y afirma que el efecto será mayor de lo que te esperas tanto para tí como para el mundo que te rodea. La positividad que irás creando pronto empezará a parecerse más a como las cosas deberían ser que a tu antigua manera de ser. De si algo puedes estar bien seguro es que todo lo que hay en tu mente inconsciente encontrará una manera de manifestarse en la vida real. Resulta crucial que tomes el control sobre tus impulsos mentales a todos los niveles. Una manera importante de generar cambios y superar el miedo que, además, no requiere mucho esfuerzo ni mucha valentía consiste en hacer afirmaciones. Las define como declaraciones positivas que afirman que algo está ocurriendo ya. Tiene que ser positiva y también expresada en tiempo presente.  Ni siquiera tienes que creerte las afirmaciones para que funcionen siempre que se conviertan en un mantra.
Algunas ideas interesantes del libro son:
dot Siempre tenemos tiempo y mucho. La mayor trampa a lo largo de la vida es la impaciencia.
dot Cómo tomar decisiones ganadoras: dejar de creer que solo hay una manera correcta y una errónea de hacer las cosas.
dot No temas nunca a los errores. Tu éxito está en haberlo intentado.
dot Sobre el miedo al compromiso en las relaciones tenemos que comprender que nos estamos comprometiendo con una persona y con su evolución y bienestar y no a una relación necesariamente inflexible y perenne.
«Atravesar el miedo es menos aterrador que vivir con el miedo subyacente que nos viene de un sentimiento de desamparo».
Con esta cita nos viene a decir que aquellos que no arriesgan nunca irónicamente viven todo el rato con el pánico a que algo les salga mal. Estas personas buscan ante todo la seguridad pero el efecto de ello es la inseguridad crónica. En realidad es más fácil probar cosas nuevas. La decisión de incorporar más desafíos a tu vida trae un sentimiento de seguridad ya que te aporta la certeza de que puedes enfrentarte a cualquier cosa.
Susan JEFFERS en «Aunque tengas miedo, hágalo igual».

 

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La imagen de la persona que podemos llegar a ser

La idea de una imagen del alma tiene una larga historia en la mayoría de las culturas pero la psicología y la psiquiatría contemporáneas la ignoran por completo. Imagen, carácter, destino, genio, vocación, daimon, alma: todas estas palabras son palabras mayores, como admite Hillman y hoy en día tenemos un poco de miedo en utilizarlas pero esto no disminuye su realidad. Amamos el romance y la ficción pero no nos aplicamos suficientemente los ideales o las historias románticas a nosotros mismos. Dejamos de ser una creación y nos parecemos más a un resultado en el que la vida queda reducida al juego entre la genética y el ambiente. Otra manera por la que restringimos nuestras existencias es nuestra manera de ver el tiempo o las causas y los efectos.
La infancia se entiende mejor en términos de la imagen con la que nacemos y de cómo ésta interactúa con el ambiente en el que nos encontramos. Desde la perspectiva de este Daimon la unión de nuestros padres es el resultado de nuestra necesidad. El daimon elige el ovario y el esperma así como sus portadores llamados padres. Hillman sugiere que así se explican los matrimonios imposibles, las concepciones rápidas y las deserciones repentinas que constituyen las historias de muchos de nuestros padres. Afirma que tenemos que confiar en la capacidad del mundo para proveernos y para revelarnos amorosamente sus misterios.
El daimon se manifiesta en el amor provocando obsesiones y tormentos de agonía romántica que desafían la lógica de la biología evolutiva. Gemelos idénticos separados en el momento del nacimiento a menudo acaban por utilizar el mismo perfume o por fumar la misma marca de cigarrillos pero en elegir a su compañero, que es una decisión clave, puede que haya grandes diferencias. Te enamoras porque tu imaginación está encendida. Cuando se libera la imaginación incluso los gemelos idénticos se ven liberados de su igualdad.
El libro se vuelva muy interesante cuando trata del enemigo del amor: la mala semilla. Lo peor es cuando una mala semilla está injerta en una personalidad que no le contrapone ninguna resistencia. A partir de una sola semilla podemos ver como se puede fascinar a millones de personas llevándolas a un estado demoníaco colectivo. Para ello, pone como ejemplo el caso de Adolf  Hitler o de psicópatas modernos que hechizan a sus víctimas. esto no quiere sugerir de ninguna manera que las terribles acciones que surgen de una mala semilla sean justificadas. Estudiar la mente criminal en términos de daimon/bellota nos ofrece una mayor comprensión de ella respecto a la idea convencional del mal. Lo que convierte la semilla en demoníaca es una obsesión específica pero su propósito último es la gloria. Vivimos en una cultura de inocencia que desprecia a la oscuridad.
Tras dedicar su libro al análisis de las vidas de los famosos estudia la cuestión de la mediocridad. ¿Puede haber un daimon mediocre? Su respuesta es que no existen almas mediocres. Es una verdad que se refleja en la sabiduría popular. Decimos que alguien tiene un alma hermosa, un alma herida, un alma profunda o un alma de niño pero nunca decimos que la gente tiene un alma de clase media, normal o regular. Al autor no le sorprende en absoluto que las personas que consideramos estrellas o famosas encuentren tantas dificultades y tanto sufrimiento en la vida. La imagen de sí mismos que les devuelve el público es ilusoria y es inevitable que conduzcan a dramáticas recaídas aen la realidad. Los giros y las complicaciones de nuestras vidas a lo mejor no son tan extremos como los de los famosos pero puede que tengan un efecto positivo mayor. La vocación de cada uno se vuelve una llamada a la honestidad más que al éxito, a ser cuidadosos y amorosos antes que a dedicarnos a alcanzar el triunfo. En esta definición la vida se convierte en la gran obra.
James HILLMAN en «El código del alma».

 

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