Mirador de Collabardina


Tengo la gran fortuna, por ironías del destino, de vivir una buena parte del año en la localidad de Campo de la provincia de Huesca en una zona que se puede considerar muy próxima al centro del Pirineo. Muchas tardes, antes de que anochezca, me doy una caminata desde mi apartamento situado en el centro del pueblo hasta el precioso mirador de Collabardina desde el que se divisa el macizo del Turbón y la entrada al valle de Benasque con el macizo del Cotiella al fondo. Andando se llega en algo menos de una hora de subida y unos tres cuartos de hora de bajada. Son unos doscientos metros de desnivel. El camino va por una pista forestal y es muy solitario a excepción de la época de recogida de setas que se puede ver a alguien. Está marcado como un GR de pequeño recorrido con señales blancas y amarillas. Es el PR HU-121 que continuaría del mirador hacia Foradada del Toscar.
campo de trigoSaliendo del centro del pueblo de Campo hay que salir hacia la carretera general y dirigirse en dirección a Benasque, hacia la parte alta del valle. Justo a la salida de la localidad se cruza un puente y a mano izquierda hay una entrada que conduce al río Ésera. Es muy utilizada por los aficionados al rafting porque conduce a una gran explanada que está al lado del río y es muy adecuada para embarcar. Llegando al río hay que continuar un pequeño trecho río arriba con el objeto de cruzar el puente que se divisa a lo lejos. Una vez cruzado el puente del río Ésera a poca distancia hay un desvío a mano derecha que nos conducirá ya directamente hasta el mirador pasando antes por la ermita de San Bllascut o San Belastuto.


El descenso se puede realizar por el mismo camino de subida o desde el mirador continuar por el camino que sigue a continuación y que hace un poco de bajada. Esta opción es algo más larga que la subida, un cuarto de hora, pero tiene un precioso recorrido por toda una zona de robles centenarios preciosa.cascada de San Bllascut
Para los amantes de la escalada en hielo he descubierto una pequeña casacada muy cercana a la ermita de San Bllascut y accesible en coche hasta casi su mismo pie. Queda subiendo a menos de cinco minutos. El hielo se forma en los meses más fríos del año y tiene un desnivel de unos 30 metros en total. Es muy interesante para los que deseen hacer prácticas en hielo. El valle de Bensaque en los días de mucho frío y nieve queda todo inaccesible mientras que a esta cascada casi siempre se puede llegar haga el mal tiempo que haga. En la zona superior de la cascada hay unos árboles muy gruesos que permiten hacer seguros a prueba de bomba.
cascada de San Bllascut

Clichés típicos sobre el alpinismo

No conozco ninguna actividad humana que, en miles de enredos siempre nuevos, convoque la totalidad de las fuerzas corporales y muchas de las intelectuales y espirituales y requiera un esfuerzo mayor que el combate singular con la difícil alta montaña.
En ninguna otra ocasión se agita así el fondo de nuestros sentimientos, se forja y se endurece nuestra voluntad como en esta. No sólo supera a todos los demás deportes y juegos en los que, o bien no hay que emplearse a fondo, o bien el enemigo no es tan digno, en los que sólo son llamados a la guerra determinados grupos de músculos o determinadas fuerzas del espíritu, o sólo del cuerpo, o bien únicamente el espíritu, sino que la marcha en solitario por la montaña ofrece en estos tiempos, un valioso sustituto para el antiguo deporte de los torneos de caballeros o la caza sangrienta.
Eugen GUIDO LAMMER.

Comportamiento simiesco y espíritu rocambolesco

Hay muchos informes, cursilerías y tópicos en la literatura alpina que trata el tema de las experiencias de caídas o de impresiones personales. Y continua Reinhold Messner ….
«Contiene toda una serie de clichés sobre el alpinismo extendidos desde hace ya más de un siglo, mucho fulgor de la aurora, mucho ser felices, pero muy pocas impresiones personales o espirituales.
Creo que hay muchos alpinistas atrapados por esta suerte de cursilería alpina. De puras ansias de conquista. ‘¡He de llegar a la cumbre!’, no son capaces de encontrarse a sí mismos, o bien por una vergüenza mal entendida, ‘eso no se cuenta’, lo silencian todo respecto a su mundo interior.
Si antiguamente la gran desconocida era la montaña, hoy lo es para mí el ser humano con sus miedos, sus sueños y sus diferentes niveles de consciencia.
La diferencia entre lograr el objetivo y quedarse en el camino se describe muchas veces con palabras como ‘valor temerario’, ‘amor a las montañas’, ‘miedo’ o ‘la suerte de la cumbre’. Cuando alguien ha alcanzado una nueva actitud ante el hecho de morir, a partir de ese momento escalará las paredes despreciando a la muerte y el camiante solitario que quiere ‘ver el semblante de la muerte’, cuelga de un desplome sólo con los brazos, las piernas en el aire.
No es de extrañar que muchos de los que están al margen de todo esto nos vean como a unos seres con ‘comportamientos simiescos’ (Spiegel sobre los alpinistas) y meneen dubitativamente la cabeza ante el alpinismo. ¡Cuándo renunciarán las personas a conquistar la Naturaleza (las montañas), a sojuzgarla, a forzarla, ….. a violarla y a destruirla con ello!»
Reinhold MESSNER en «La zona de la muerte«