¿Cómo lo hago Santiago? porque …. vaya tela es ir a Compostela !!!!

ESTA CRÓNICA RELATA LOS HECHOS ACAESCIDOS A DOS PEREGRINOS QUE TUVIERON LA PEREGRINA IDEA DE PEREGRINAR JUNTO CON OTROS MILES DE PEREGRINOS MÁS LO IMPEREGRINABLE: EL CAMINO DE PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE COMPOSTELA.
Relato de Néstor Pavón Cercas. Año 2010.

 

 
Día: 19 de agosto del 2010. Campo (Huesca) – Ponferrada (León). Tiempo: 10 horas. Link complementario.
Salimos de Campo y fuimos en la furgo hasta Ponferrada. De Ponferrada a Santiago de Compostela andamos unos 220 kilómetros aproximadamente. Después de estar todo el día en el coche llegamos a una gasolinera y compramos algo de comida. Paramos en un pueblo de la carretera y buscamos un sitio para sentarnos y cenar lo comprado. Después mi padre montó la cama y me puse a dormir. Él mientras conducía yo dormia :). Llegamos ya muy tarde a Ponferrada y durmimos en la furgo en el aparcamiento de un hotel que hay en la misma entrada de la población.

 

Día: 20 de agosto de 2010.  Ponferrada – Villafranca del Bierzo. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
Hoy mientras yo dormía mi padre condujo hasta la estación de autobuses. Preparamos las mochilas, pero estuvimos un rato discutiendo sobre los objetos que había que llevar en ellas. Era porque pesaban mucho y había que reducir el peso ….
Buscamos un bar para desayunar. Pedimos unos bocadillos de tortilla y que nos hicieran el pan con tomate (porque fuera de Cataluña no saben hacerlo). Nos dijeron que no tenían tomate. Van y nos traen los bocadillos de tortilla con mantequilla y queso del caserío. Muy amables nos pusieron el sello de su bar en mi libreta del viaje y nos desearon una buena peregrinación. Al salir y nos preguntamos …. ¿Y ahora pa dónde? Buscamos a un poli. Nos encontramos una poli que nos indicó un camino. Luego, al poco rato, nos encontramos otro que nos dijo algo completamente distinto. Este último, eso sí, nos indicó el camino entero. Fuaaaa, nos oxidamos allí escuchándolo. Al cabo de un buen rato de andar vimos una indicación y ya nos incorporamos al camino de verdad.
Pronto, en un parque, vimos a un chico de unos 20 años y en la mochila llevaba una guitarra. vaya ganas de llevar peso. También vimos una familia con un cochecito y todo. Incluso un perro perdido nos siguió hasta el albergue. Como mi padre iba lento me adelanté un poco pero me salté un desvío. Resulta que el camino normal pasaba por arriba de una montaña y nosotros le dimos la vuelta sin tener que subirla.
En el albergue conocimos gente que llevaban ya unos 2500 y 3000 km en bici desde su casa de Italia. Nos preguntaron cuántos kilómetros habíamos hecho y les dijimos: «hoy es el primer día», y el italiano con cara de asombro dice …. «¿hoy primer día? FIESTAAAA !!!» fue muy bueno y nos reímos toda la mesa.
A la hora de dormir tuvimos a un tío que se puso a chillar como si se fuera a morir. Entonces, aparece el de la guitarra y se puso a tocar. Los del albergue les dijeron que se callasen todos que había gente que mañana había que madrugar …..
Día: 21 de agosto de 2010. Villafranca del Bierzo – Vega de Valcarce. Tiempo: 6 horas. Link complementario.



Me despertó mi amigo el chillón a las 6. Empezamos a andar a las 7:30. Con la calorada que nos dimos ayer por empezar a andar muy tarde aprendimos que teníamos que madrugar si no queremos quedar asados en el camino. Nos adelantaron dos chicos y uno de ellos llevaba una guitarra. Madre mía !!!!! con las guitarras …. Mientras andaba los coches me pitaban y no era para reñirme sino para animarme. También nos dicen todos …. «Buen camino peregrino» y mola mogollón porque te sube el ánimo al infinito.
Al pasar por el pueblo de Pereje en la ermita había un abuelo que iba chillando a los peregrinos para que la vieran y ponerles el sello.
Cómo estábamos hambrientos entramos en un bar y pedimos unos bocadillos de tortilla española (o sea sé …. de patatas). Allí te hacen unos bocadillos que hacen 8 centímetros de alto x 10 de ancho. Eso no hay quien sea capaz de abrir la boca para pegarle un buen bocado y se lo termine.
Llegamos al albergue y ZZZZZ … durante 3 horas. En el albergue había un peregrino coreano de 22 años que iba solo. Como él sólo sabía inglés tuvimos que repasar nuestros conocimientos de dicha lengua. Como vio que dominábamos bastante nos pidió si le queríamos hacerle de traductor. Fuimos al bar y nos dijeron que teníamos que esperar para cenar el menú del peregrino y tuvimos que esperar a que fuera la hora. Mientras estuvimos hablando para hacer tiempo y hambre sobre el fútbol, las comidas, el Zara, … Entramos a cenar y seguimos hablando. Nos contó que en Korea no hacen siesta y que es: VERY INTERESTING LA SIESTA !!!!! Iba haciendo fotos a los platos que se iba comiendo. Fue muy divertido. Al pagar mi padre pagó la comida de los tres. El chico, que se llama Hun, se sorprendió mucho. Nos hicimos una foto los tres y nos intercambiamos los msn.
Día: 22 de agosto de 2010. Vega de Valcarce – Cebreiro. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
Hun se fue muy tempreno. Mi padre y yo no porque nos fuimos a desayunar. El alberguista nos recomendó algunos albergues donde podíamos dormir bien sin mucha gente. Empezamos a andar con la salida del Sol. Subimos a Cebreiro que está en la frontera de Galícia. Es, quizás, la etapa más dura de todas porque hay que de subir una montaña muy muy alta. Lo hicimos con un cacho pan y un poco de jamón. Un señor se paró ha hablar con nosotros. Dijo que era la tercera vez que hacía el camino y que después de El Poio era todo bajada. Suerte que no me lo encontré porque lo mataría. Todo bajada ….. ¡Estuvimos todo un día subiendo! También nos dijo que a partir de Arzúa todo era muy feo. Al contrario …. fue de lo más bonito. Ese tío no había hecho nunca el camino …. fijo. Había uno que llevaba un piano colgado de la mochila. XD ¿Cómo pensáis que se puede llevar un piano colgado? ….. Era una tienda de aquellas que se montan solas.
Tuvimos que hacer cola para el albergue. Bueno ….. más que un albergue eso se parece más a un gallinero porque hay un mucho jaleo por las noches y muchos ronquidos. Vamos que se duerme poco. Conté las literas que había en la habitación ….. 26 literas de 2 personas ….. 26×2= 52 personas durmiendo en la misma habitación. Allí conocimos a un chico profesor de instituto de Barcelona que había hecho de Roncesvalles a Santiago y una vez en Santiago volver a Roncesvalles para luego ir otra vez de Roncesvalles a Santiago. De Roncesvalles a Santiago hay 737 kilómetros. 737×3 = 2211 kilómetros  ¡andando! Vaya colgado del camino. Y para acabar los cálculos éste era el noveno año que lo hacía !!!
Después de comer estuve ZZZZZ ….. la siesta (recordad es very interesting) 2 horas. En las duchas no había, ni habrá, puerta para la intimidad. Al terminar de cenar nos metimos en la cama y había un francés abriendo todas las ventanas ….. no os ni podeis imaginar a la temperatura a la que te sometes con 52 personas. Allí dentro seguro que alcanzamos los 40º y va muy en serio fue brutal. Claro por eso estaba abriendo las ventanas XD. Entonces el francés empieza a gritar: «Sacad los sacos del Himalaya que esta noche vamos a pasar mucho frío». Después continuó a grito pelado: «ESTA NOCHE VOY A DORMIR EN PELOTAS» con su típico acento de extranjero. Fue la monda. Con una sonrisa sarcástica, luego nos dijo: «Ya verás como está esto a las 4 de la mañana …..».


Día: 23 de agosto de 2010. Cebreiro – Tricastela. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
A las 4 de la madrugada empieza el folklore. Unos ya estaban recogiendo para empezar a andar. Pero claro, a las 4 no hay luz y no se puede hacer la mochila a oscuras. La gente enciende una linterna que parece un faro de la playa. Ya ves ….. éstos dando linternazos a la peña y uno les grita: …. «prefiero que enciendas la luz antes de que me deis más linternazos» ….. Al final encendieron la luz. Terminaron las mochilas se fueron y cerraron la luz. A las 5 de nuevo más personas haciendo mochilas. Otra vez más de lo mismo. A las 6 se levanta un español, del final de la sala, la cruza entera abre las luces todo cabreado y dice gritando: «ARRIBA TODO EL MUNDO !!!!! ESTOY HASTA LOS COJONES DE LAS BOLSAS DE PLÁSTICO, DE LOS PALOS QUE SE CAEN, DE LOS LINTERNAZOS Y DE LAS MOCHILAS QUE NUNCA TERMINAIS DE HACER !!!!!». Toda la sala partiéndose el culo. Fue lo mejor del viaje.
Hoy toca subir dos puertos de montaña con un viento y un frío que te llevaban a Santiago en un flay. Encontramos una señora alemana que tres ciclistas le habían golpeado la pierna. Cada vez que pasaba uno le empezaba a reñir en alemán XD. Los ciclistas se regalaban de ella pero tal cual. Muy mal educados.
Llegamos a Tricastela y todos los albergues estaban llenos menos uno. Eso sí te cobraban el doble pero tenías dónde dormir. Luego fuimos a un bar y pedimos bocadillos de tortilla (que raro XD) le dijimos a la camarera que los queríamos el pan con tomate. Nos trajo los bocadillos con las tortillas y por encima de la tortilla un tomate a rodajas. Mi padre y yo regalándonos.
Día: 24 de agosto de 2010. Tricastela – Samos – Sarria. Tiempo: 9 horas y media. Link complementario.

Para desayunar teníamos unas galletas pero las tuvimos que tirar porque estaban incomibles. Ya nos ves sin comer, diluviando, … de Tricastela a Samos 11 kilómetros y los hicimos sin comer porque no encontramos nada abierto. Pero eso sí en Samos estaban todos los peregrinos desayunando.
Visitamos el monasterio, pero había una parte de él que costaba 3 euros visitarlo. Llega un extranjero y saca para pagar un billete de 50 euros. Y va el cura y le dice: «Los ricos no pueden entrar a la casa de Dios». Pero la verdad es que no tenía cambio de 50 euros XD.
Seguimos la travesía y nos encontramos un cruce. Había dos caminos y las señales una indicaba uno y la otra el otro. Cogimos el de la izquierda ….. si la etapa era de 19 kilómetros nosotros hicimos 26 km. Porque ese camino daba la vuelta entera a Galicía (irónicamente).
En el albergue de Sarria conocimos una alemana llamada Ana y un francés muy simpático cuyo nombre no me acuerdo.
Día: 25 de agosto de 2010. Sarria – Portomarín. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
En Sarria se acoplan todos los que hacen andando los últimos 100 kilómetros. El camino se masifica de gente que quiere que se les perdonen los pekados haciendo lo mínimo. A partir de aquí incluso la mentalidad cambia. Ya casi nadie nos deseará el simpático «Buen camino peregrino». Aunque lo más alucinante es el montaje de teletransporte de mochilas que consiste en dejar la mochila a primera hora del día en un punto de recogida y unos taxis se encargan de transportarlas al final de etapa.
Me despierta un comentario de un ciclista que en el momento de adelantarme les está diciendo a sus compañeros ….. «yo lo único que hecho en falta a estas alturas es un buen polvo ….. ya me duelen hasta los huevos !!!!» …. y la carcajada de la gente que había a su alrededor fue impresionante.
Estábamos ya andando (sin comer) y vimos que nos faltan 108 kilómetros hasta Santiago. En el primer área de descanso vemos que pone: «servimos desayunos». Entramos y vemos 7 máquinas expendedoras ….. sólo me paré para sellar. Despliego la credencial y la chica que tenía detrás se quedó flipada y dice a sus amigas: «fua, este chico tiene la mitad ya llena y yo sólo llevo dos sellos».
Miramos cuánto nos tocaba hacer hoy y vimos que eran 12 kilómetros nada más y la siguiente etapa eran otros 9 km por lo que decidimos juntarlas …… Me sorprendí al final del día porque pasamos de ser adelantados a adelantar a mucha gente.
En Portomarín nos encontramos con el francés y con Ana mientras comíamos bajo unos agradables porchos de la plaza.
Día: 26 de agosto de 2010. Portomarín – Palas del Rey. Tiempo: 8 horas. Link complementario.
En estas últimas etapas hay mucha gente que hace el recorrido. Está masificado. Nosotros dormimos en una habitación de un hostal privado porque estaba todo lleno. En los pueblos cuando pasa esto también te dejan dormir en las instalaciones deportivas pero nos tenían dicho que hay mucho follón y está sucio. Gracias a poder dormir bien empezamos recuperados para esta otra larga jornada.
Tengo la sensación que nos perdimos de nuevo. Esto se sabe porque de golpe sigues señales pero dejas de ver a la gente. En el cruce donde creo que nos perdimos conocimos a unos peregrinos andaluces que también se perdieron como nosotros y por eso los conocimos. Nos fuimos encontrando en todo este tramo del camino con los andaluces, el francés y su amiga alemana, unos madrileños que llevaban haciendo de entre 40 y 50 kilómetros al día, porque resulta que habían calculado mal y era su única posibilidad de poder acabar XD y con una familia que la bautizamos con el nombre de botejara. Eso sí, en toda la mañana no vimos ni a un solo peregrino con mochila ….. Sólo nosotros …… Todos iban sin !!!! Extrañados nos preguntábamos si estaban paseando (pero claro eran muchas personas) y descubrimos que hay un servicio que te llevan la mochila cada día a dónde quieras.
Una de las enseñanzas del camino es que uno carga con innumerables cosas inútiles que te perjudican para conseguir tu objetivo final si cargas con ellas. Es por esto que en estas últimas etapas te vas encontrando montañas de objetos que la gente va dejando para aligerar las pesadas mochilas.
Día: 27 de agosto de 2010. Palas de Rey – Boente. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
Hoy día 27 de agosto quiero aprovechar para recordar que es el cumple de mi primo Guillem.
Hemos salido a la misma hora que los madrileños, los que dicen que hacen cuarenta o cincuenta kilómetros cada día XD. Mientras desayunamos vimos 42 mochilas (contadas) que esperaban a los taxis. También nos encontramos en el bar una alemana que iba con el francés y la otra alemana.
Luego paramos para comer algo a media mañana. Esa vez comimos una rosquilla y un bizcocho mastodonte. La familia botejara se paró en el mismo bar a comer. El padre se compró un sombrero de peregrino y su hija (la única chica de mi edad que he visto) le dijo: «con ese sombrero pareces Sancho Panza». Si que lo parecía porque estaba algo gordito.
Llegamos a Melide, allí terminaba la etapa. Como sólo habíamos hecho 12 kilómetros decidimos seguir. Pero la siguiente era de 14 kilómetros. Así que cuando llevábamos 23 km mi padre me dijo que estaba cansado y que no quería seguir.
En el albergue donde paramos conocimos a una malagueña que nos contó que había conocido a una señora de 67 años que hacía unos 40 kilómetros cada día !!! dijo que había empezado en Roncesvalles y en 15 días ya estaba a 60 km de Santiago. Pero, por lo visto, no pensaba acabar aquí. Tenía pensado continuar hasta Finisterre que son 88 kilómetros más. Y para colmo iba ella sola con su bastón coronado con unas flores. Madre mía !!!! Y yo creía que las abuelas del pueblo de Campo en Huesca eran energéticas porque jugaban a bolos y hacían aquagym. Pero comparadas con ésta no son nada. ¡¡¡¡¡ Qué mundo ….. !!!!
Día: 28 de agosto de 2010. Beonte – Pedrouza. Tiempo: 7 horas. Link complementario.
No pasó nada interesante. Sólo voy a contar que nos hemos ido encontrando con: los andaluces de Chiclana, la familia botejara de Reus, dos chicas de Barcelona (Sílvia y Rosa), la malagueña y un conboy de cuatro chicas asiáticas. Esta noche en vez de coger albergue pedimos una habitación con TV :P. Como estábamos hambrientos bajamos al bar y pedimos una paella de arroz negro una para mí y la otra para mi padre. No sobró nada. Llegaron los botejara de comprar y se pusieron a la mesa de al lado a hablar un rato antes de ir a dormir.
Día: 29 de agosto de 2010. Pedrouza – Santiago de Compostela. Tiempo: 6 horas. Link complementario.
El último obstáculo que nos quedaba era subir lo que se conoce como el Monte do Gozo.
Al llegar a Santiago una chica argentina se nos enrrolló por la calle y nos colocó un cuchitril. Así que pudimos dejar las mochilas y luego fuimos a ver la catedral. Había tres colas distintas para entrar a la catedral. Una para oir misa, otra para ver la catedral y la última para abrazar al Santo y ver el sepulcro de lejos. Lo de abrazar al Santo antes era sólo para los peregrinos de verdad pero ahora es una atracción turística más. Yo quise saludar a la gente que oía la misa desde el Santo pero mi padre no me dejó.
Si haces los últimos 100 kilómetros andando o a caballo te dan la compostela, ó 200 kilómetros en bici. Para la compostela necesitas sellar la credencial en los albergues, iglesias ermitas y monasterios. Pero como a las 7 de la mañana no están las ermitas abiertas tuve que rellenar la credencial con sellos de bares :P. La compostela está en latín y no se entiende ni torta. Pero como tengo a mi frikiabuela me la tradujo toda en un santiamén. Evidentemente, si la compostela está escrita en latín mi nombre también lo escribieron en latín. Ya sé que no quereis saber mi nombre en latín pero os lo digo porque me hace ilu :P. Es NESTORUM. Después de recoger la compostela abrazé al Santo, visité su sepulcro y asistí a los últimos minutos de la misa.
Regresamos al cuchitril y recordamos que nos dijeron que en la habitación del al lado había unos italianos que se habían ido a Finisterre y que no volverían hasta bien de noche. Cuando llegaron al verlos nos dimos cuenta de que los conocíamos y que habían estado durmiendo varias veces con nosotros en las literas de abajo de los albergues multicolectivos.
Día: 30 de agosto de 2010. Santiago de Compostela – Ponferrada (León) – Campo (Huesca). Tiempo: 10 horas. Link complementario.
Nos levantamos muy temprano para coger el primer autobús. Llegamos a la estación de autobuses a las 7 de la mañana.
La señora de la taquilla nos dice:
– ¿Quereis billete para el autobús de las 7 ?
Nosotros: – Sí.
Señora: – Esperad que lo mire ….. lo siento no hay.
Señora: –  ¿Quizás querais, pues, un billete para el de las 8?
Nosotros: – Sí.
Señora: – Lo siento está lleno. Pero …. ¿quereis para el de las 9:45?
Nosotros: – Si hay sitio si …..
Señora: – Quedan dos sitios pero no estareis juntos.
Nosotros: – ¡Da igual!
Así que ya nos veis allí esperando en la estación de autobuses de las 7:00 hasta las 9:45. Y para colmo el autobús paró casi en cada pueblo. Llegamos a las 2 a Ponferrada. Cogimos la furgo, comimos y de vuelta para Campo. Cuando estábamos por Zaragoza el depósito de gasolina marcaba que había para 470 kilómetros. Media hora después marcaba que había para 500 kilómetros por arte de magia. De Zaragoza a Campo no hay 500 km ni pasando por las carreteras viejas y dando vueltas. Al pasar por Barbastro los cálculos del coche dicen que nos queda sólo gasolina para 80 kilómetros. Pero ya sabemos que este coche a partir de los 100 baja muy rápido el cálculo de la gasolina que queda. Nuestro susto fue cuando vimos un letrero de una gasolinera que decía que estaba abierta sólo de las 6 a 22 y eran las 22:17. Llegamos a una gasolinera por fin y estaba la chica subiendo al coche para marcharse. Mi padre baja, la alcanza y le dice: «¿puedes ponerme gasolina?» Y ella nos dice que no. Mi padre le suplicó que aunque fueran 10 euros para poder llegar a casa y ella contesta que no, Un rollo …. que ya estaba la alarma puesta y que vendría la policía y tal y tal ….. Pero nos dijo que en El Grado la gasolinera cierra a las 23. No nos la creímos pero era nuestra única opción. Fuimos allí a contrarreloj, Apurando las curvas. A toda velocidad. Y llegamos cuando faltaban 10 minutos para cerrar. Mi padre sale del coche y se puso la gasolina el mismo. El chico nos dijo un atajo por la carretera vieja para llegar a Campo. No habíamos cenado aún y el bar de Campo cerraba a medianoche. Ya nos ves otra vez a contrarreloj para llegar y poder comer unos tristes bocadillos. Pero cuando llegamos unos minutos antes van y me dicen no nos hacen los bocadillos porque la cocina está cerrada. Por lo que no nos quedó más remedio que ir a casa y comer de lo que había y nos pusimos a dormir. Fue un día bastante cansado.
Seguir el relato en Los días de Néstor.

Ameal de Pablo (2505 m) y Risco Moreno (2478 m)

  • Las dos primeras fotos son del Ameal de Pablo y del Risco Moreno vistos desde la Garganta de Gredos por lo que es su vertiente sur. Están hechas los días 29 y 30 de diciembre de 1983.

  • Las dos últimas fotos son del Ameal de Pablo y del Risco Moreno pero ahora son vistos desde el Venteadero su vertiente norte. Están hechas los días 29 y 30 de diciembre de 1983.
  • © Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.002.

    El Saburó o el largo saboreo del Sol y la Luna

    Había sido un mal año en el aspecto montañero y la verdad es que no lo queríamos terminar sin un tresmil o una montaña de cierto carácter que sirviera, a la vez, para sellar la mayoría de edad de Robert y probar todos la montaña invernal.
    Es por esto que cuando tomó forma la idea de ir al Peguera haciendo noche en el Josep Mª Blanc en la noche de Luna nueva del mes de noviembre no fueron suficientes para minorar nuestros ánimos ni para evitar que nos pusiéramos las mochilas en las espaldas y bajar las escaleras ni el timbrazo del despertador ni las pequeñas nubes que se distinguían a través de la ventana.
    En las escaleras del metro se hacían adelantamientos peligrosos y arriesgados y contaba mentalmente la cantidad de minutos que faltaban para empezar el trabajo.
    Los autocares de la Alsina Graells que íbamos dejando atrás iban llenos de corazones que buscaban sus orígenes en su tierra natal y los estrechos aparcamientos del Pas de Terradets se llenaban de utilitarios mientras sus ocupantes se disponían a abrirse paso en la vertical pared hasta reencontrarse de nuevo con la luz.
    En la salida del Pas de Collegats, la carretera y los campos todavía eran blancos por la helada y las vacas de Llavorsí, igual que los machos de Espot con sus atuendos, justo salían del pueblo cuando iba a ser justo el medio día. Todos tienen su horario.
    Informados del «status-quo» característico, dejamos el coche al inicio del Parque y enfilamos la pista del Estany Negre. Les Agudes van emergiendo, desafiantes y esbeltas, detrás de nuestras espaldas y nos invitan a tomar aliento para que las contemplemos mientras que delante nuestro nos ofrece un amplio deleite los lomos de nuestras montañas fronterizas con Andorra y el Pallars que el Sol bajo va pintando … La canal que nos sorprende al girar una curva pronto desaparece bajo el camino y éste se viste de nieve y de hielo.
    Tres horas de agradable andar nos llevan hasta el refugio justo para gozar con los últimos rayos solares de la visión del gran circo de montañas que desde este espléndido mirador se domina.
    Nos damos prisa para ponernos los jerseys y hacer la única comida completa del día aprovechando las últimas luces y hacer algo de fuego.
    Pronto nos damos cuenta que, a pesar de la soledad del sitio no estamos totalment huérfanos, se va abriendo paso en el ancho cielo y en nuestra estancia una Luna clara y redonda que enamora y en su luz vemos proyectarse nuestros cuerpos en la nieve, lucir las montañas del valle como si se tratara del mismísimo Sol y proyectarse en los cristales del refugio la llama del fuego quemando el hielo del estanque. Con estas imágenes de encantamientos nos sumergimos en la rojiza superfície de nuestros sacos cuando los relojes marcan las ocho y cuarto preveyendo el largo día que nos espera.
    Cuando el despertador y sus manecillas marcan las tres y cuarto la Luna sigue brillando y el aire no tiene la frescura de ayer.
    Recogida la casa y calentado el estómago con un buen vaso de leche vamos a cruzar el río por debajo de la presa del Estany de la Cabana no sin antes haber aguantado más de una que otra hundida en la nieve. Para bordear este estany lo hacemos a cierta altura lo que nos va a obligar a realizar alguna desgrimpada y seguir después a medio aire el promontorio rocoso que se endereza por encima de la Coveta hasta un torrente que nos llevará a un estany sin nombre situado entre los dos brazos de cresta que se desprenden del Monastero. Con tantas subidas y bajadas pasamos mucho tiempo y en realidad no hemos ganado, prácticamente, nada de altura aparte de perder un poco la referencia del lugar exacto en el que estamos hasta el punto que confundimos el Saburó Inferior, que está desafiante delante nuestro, con el Peguera Inferior que queda mucho más allá y que ahora no lo vemos.
    Cruzamos el estany mencionado por el medio de su superficie helada hasta llegar a un pequeño collado donde un cartel indica los caminos que conducen al Peguera y al Mainera. Seguimos hacia el Peguera pero el estado deplorable de la nieve y la sombra amigable de la Luna nos conducen a cruzar el río que baja de los estanys de Peguera y a ganar, aunque penosamente, altura en dirección a la cresta de nuestra izquierda. Un enrrojecimiento brillante va tiñiendo el cielo detrás el Muntanyò y nos paramos a comer alguna cosa.
    Es pronto y el día se presenta inmejorable pero hemos subido mucho y ahora nos espera un largo flanqueo si queremos llegar a encontrar el collado de Monastero – Peguera por lo que decidimos escalar por una canal de nieve y pedruscos hasta encontrar la cresta. Cuando la culminamos son las ocho el Sol ha subido a caballo de la cresta de les Maineres y las rocas cimeras del Monastero van cojiendo color mandarina. A nuestros pies duermen un plácido sueño todos los estanys de la cuenca del Estany Negre y el refugio que nos ha acogido mientras que la aguja con forma de avión de nuestra izquierda se presta por unos momentos a hacernos creer que somos escaladores y la cresta de nuestra derecha parece ofrecernos un paseo aéreo. La emprendemos contentos y superamos, normalmente por el lado del Mainera, las pequeñas pruebas que nos piden las cantiagudas rocas de granito esquistoso de la afilada cresta. Mientras, estamos embobalicados del dulce despertar de las montañas que nos depara el paseo y con una media hora conquistamos una primera cumbre de unos 2850 metros de altura de los cuatro que tiene el Saburó Inferior.
    La pendiente es muy acusada por los dos lados y la cresta hasta el Saburó, más o menos horizontal en el primer tramo, baja a un collado a unos 2800 metros y se enfila, posteriormente, encrespada hasta el Tuc de Saburó que tiene 2911 metros y muy rota, a continuación, hasta el Peguera con sus 2982 metros siempre con clapas de nieve intercaladas y no ofrece aparentemente excesivas dificultades. Aún y así las apariencias engañan y los frecuentes flanqueos obligados por los dos lados con presas seguras aunque distantes al principio (II), un paso a superar por presión desaciéndose previamente de las mochilas y ganando altura con la altura del compañero que se hunde en la nieve justo antes de la última cumbre del Saburó Inferior (III) y cuatro o cinco flanqueos algo extraplomados con no muy buenas presas en la bajada (III) hacen que no lleguemos al collado hasta eso de las diez de la mañana.
    Disfrutamos un rato del Sol precioso de esta mañana mientras nos ponemos crema solar en la cara y hacemos algo de sitio en las mochilas comiéndonos lo que llevamos. Éstas no son muy pesadas, aunque si son voluminosas, por la presencia de los sacos ya que la idea de bajar por Sant Maurici o la Valleta Seca nos hizo cargar con ellos.
    Los ciento diez metros de desnivel que nos faltan se nos hizo interminables. Primero es una desgrimpada por una piedra húmeda e insegura hasta encontrar la nieve, de la vertiente del Mainera, el flanqueo de 8 a 10 metros por la deshecha nieve de una pala con un 65% de desnivel y el avance penoso por ésta hasta reencontrar la vertical y afilada cresta. Después son diversos flanqueos por la piedra-nieve del lado de Peguera (II) y el paso siguiente al filo de la cresta que nos hacen entretenernos y sufrir, ya que no llevamos cuerda, de forma tal que cuando alcanzamos una de las inclinadas cumbres del Saburó son ya las doce menos cuarto. Un mar de nubes cubre la parte baja de Cabdella pero las nevadas y afinadas crestas de los Muntanyò, Mainera, Subenuix, Peguera, Monastero y Encantats en primer término y de los macizos del Posets, Maladeta y Pica d’Estats un poco más lejos bajo el cielo azulísimo y presididos por un conjunto de estanys helados o líquidos nos invitan a una placentera estancia que sólo se ve molestada por el frío viento y el pensar lo que nos falta bajar.
    Empezamos a perder altura en dirección al Peguera a eso de las doce y cuarto. Espantosas verticalidades nos convencen de no ir por el lado de Cabdella y la emprendemos, después de un flanqueo por la piedra mojada (II), primero por el lado de Peguera y después por las canales de nieve buscando en la medida que nos sea posible presas en la roca (pasos de IV) del lado de Capdella hasta que la cresta hace una ventana (una hora).
    La bajada por pendientes de roca helada cubiertas sólo por una fina capa de nieve, mediante pequeñas y distantes presas en la roca mojada hasta encontrar la pala de nieve nos lleva casi otra hora por lo que nos hace definitivamente abandonar la idea de regresar por Sant Maurici a pesar de las esperanzas que habíamos puesto.
    La nieve del trozo que nos queda no es tan pesada como nos hubiéramos presupuesto y sí que lo es, en cambio, la del trozo final entre los estanys de La Coveta y Tort al querer pasar el lomo por este lado cosa que nos representa un conjunto de desgrimpadas y rasguños mientras contemplamos los últimos rayos de luz del Sol dorando al Muntanyò. Llegamos finalmente a la presa del Estany Tort a las cinco y cuarto y al coche a las siete y cuarto después de unas 15 horas de larga y divertida caminata.
    La noche nos va a deparar una saburo-sa cena, un pequeño susto y un montón de curvas que podemos tomarnos el lujo de cojerlas por la izquierda justo antes de llegar a la autopista y a Barcelona cuando ha pasado la una de un día plenamente saboreado.
    © Joan Fort i Olivella y traducido al castellano por Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.002